
Kevin Kelly, editor de la revista Wired, contaba cómo en 2002 asistió a una reunión informal en la sede de Google, donde mantuvo una conversación con Larry Page. «Larry, sigo sin entenderlo. Hay muchísimas compañías de búsqueda. ¿Un buscador gratuito en la red? ¿A dónde os lleva esto?», Page le explicó que Google no tenía ningún interés e la búsqueda. «Lo que estamos diseñando en realidad es una IA», dijo. Tener muchísimos datos al alcance te permite crear una IA. Y la IA puede transformar muchísimos datos en muchísimo poder.
En la década de 2010, este sueño se estaba haciendo realidad. Como las principales revoluciones histórica, la aparición de la IA consistió en un proceso gradual compuesto por numerosas etapas. [...]
Nexus. Yuval Noah Harari.
El papel de los padres, docentes y educadores y sociedad en general.
La irrupción de la IA, como una ciclogénesis explosiva, de consecuencias aún impredecibles, en todos los ámbitos de la sociedad, es un tema que no sólo debe ocuparnos sino preocuparnos, y sobre todo por el tinte especial que adquiere en tanto que los primeros afectados son nuestros hijos, y no como efectos colaterales ni mucho menos, sino como protagonistas indiscutibles, infantes en primera línea de fuego, valga el símil.
El hecho de que sea un enamorado del uso de las Nuevas Tecnologías, -uso racional se entiende-, probablemente me haga tener una sensibilidad especial sobre este tema, y por tanto, me inquieta, y mucho, el uso que hagamos de ellas en general y muy particularmente los niños. Aunque no venga a colación, una de las causas por las que me alegro no tener hijos pre o adolescentes, (aunque soy abuelo), es precisamente la incertidumbre que me crea este Big Bang, que, pongamos la resistencia que que pongamos, está ahí, y con el que no nos queda otra que convivir de la forma más natural posible, sin crear, ni crearnos, conflictos más allá de nuestra propia ignorancia en estas lides. Adaptarnos a ella, y asumirlo como un hecho natural, que forma parte de nuestra propia evolución biológica y tecnológica (y por tanto, no supone más que un proceso adaptativo más, uno más, desde que el primer ser vivo apareció), al medio y por tanto asumirlo con naturalidad y no con resignación, asumirlo como una faceta más de nuestro propio desarrollo evolutivo y por tanto huir de espacios y situaciones idílicas, que no los hay, pero tampoco vivirlo como una catástrofe o desastre de de consecuencias apocalípticas.
Este preámbulo hace que me plantee una seria reflexión sobre el impacto del la Inteligencia Artificial desde tres ámbitos. En primer lugar, sobre el papel que debe desempeñar los padres, el rol que debe asumir educadores y profesores y por último qué función debe desarrollar la sociedad en general.
1. Veamos el primer aspecto. El asalto a nuestro estado de confort, de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación de nuestros hijos plantea una serie de retos y oportunidades que los padres deben abordar con una mezcla de conciencia crítica, apertura al cambio y un compromiso activo en la formación de sus hijos. Como en cualquier transformación tecnológica significativa, el impacto de la IA en la educación no es solo un asunto técnico o académico, sino también ético, social y humano. El papel de los padres en este contexto es esencial para asegurar que la IA se utilice de manera que beneficie a los estudiantes, mientras se protegen sus derechos y se desarrollan habilidades fundamentales para el futuro.
En este sentido, se me ocurren algunos frentes sobre los que los padres deben incidir especialmente:
1.1- Acompañar y servir de soporte en la adaptación a las nuevas tecnologías
La IA está revolucionando los métodos de enseñanza y aprendizaje. Plataformas educativas personalizadas, tutores virtuales, herramientas de corrección automatizada y análisis de datos sobre el rendimiento de los estudiantes son solo algunas de las aplicaciones que están transformando las aulas. Como padres, es importante estar informados sobre estas herramientas y cómo afectan el proceso educativo de sus hijos. Acompañar y orientar a los niños en su interacción con la tecnología es crucial, ya que ellos, aunque, nativos digitales, no siempre tienen la madurez necesaria para entender las implicaciones de su uso.
Los padres deben ayudar a sus hijos a navegar de manera crítica en un mundo donde la IA puede influir en la educación de manera positiva o negativa. Esto implica no solo asegurarse de que los niños estén alineados con las oportunidades que ofrece la IA (como el aprendizaje personalizado o el acceso a recursos educativos) sino también ser conscientes de los riesgos asociados, como la dependencia tecnológica, la falta de interacción humana y los posibles sesgos algorítmicos con los consecuentes resultados injustos y discriminatorios.
1.2.- Fomentar habilidades humanas y emocionales
Aún sabiendo de la poderosa herramienta que supone el uso de la IA, las habilidades humanas siguen siendo esenciales y, de hecho, más necesarias que nunca. La creatividad, la empatía, la resolución de problemas complejos y el pensamiento crítico son competencias que las máquinas aún no pueden reemplazar. Los padres tienen un papel fundamental en fomentar estas habilidades, ya que son las que permitirán a sus hijos sobresalir en un mundo donde las máquinas asumen tareas cada vez más técnicas.
En lugar de temer que la IA pueda reemplazar el rol de los maestros, los padres deben ver la IA como una herramienta que complementa la labor educativa. La interacción emocional y el aprendizaje social que los niños experimentan en el aula o en el hogar con sus padres y amigos son elementos que la IA no puede replicar. Los padres deben ayudar a sus hijos a equilibrar el uso de la IA con actividades que fomenten estas habilidades blandas, como el trabajo en equipo, la comunicación efectiva y la resolución colaborativa de problemas.
1.3.- Inculcar unos preceptos sobre ética y responsabilidad digital
La presencia de la IA en la educación también plantea cuestiones éticas que los padres deben abordar con sus hijos. La privacidad de los datos, el uso responsable de la tecnología, la influencia de los algoritmos sobre las decisiones educativas y los sesgos en los sistemas automatizados son temas cruciales que deben ser discutidos en casa. Los padres deben enseñar a sus hijos no solo a usar la tecnología de manera eficiente, sino también a comprender cómo se toman decisiones en el entorno digital y a cuestionar la información que reciben de algoritmos.
Los niños deben ser conscientes de que la IA no es neutral: los algoritmos pueden estar sesgados (es decir, dar resultados erróneos o discriminatorios, pero perfectamente calculados en la mayoría de los casos, salvo error u omisión), y la forma en que se recopilan y usan los datos puede tener consecuencias negativas a corto o a largo plazo. Los padres tienen la responsabilidad de promover una ética digital que fomente la responsabilidad y el respeto por los derechos de los demás. Esto incluye educar a los hijos sobre el uso seguro de las plataformas educativas, el respeto por la privacidad y la importancia de ser críticos con las herramientas tecnológicas que emplean. Es importante educar al hijo en la permanente duda y de no dar nada por cierto en primera instancia.
1.4.- Ser modelos de aprendizaje continuo.
La IA está en constante evolución, y lo mismo ocurre con las formas de enseñar y aprender. Como padres, es crucial estar dispuestos a adaptarse y aprender junto con sus hijos. El aprendizaje continuo no solo es una habilidad importante para el futuro, sino que también es un modelo de comportamiento que los padres pueden ofrecer a sus hijos. Demostrar curiosidad intelectual, estar dispuestos a aprender sobre nuevas tecnologías y participar activamente en el proceso educativo de los hijos fomenta un ambiente positivo para el aprendizaje.
Además, el mundo de la IA es complejo y está lleno de oportunidades laborales que los padres deben explorar. Existen nuevas profesiones y habilidades digitales que serán esenciales para el futuro de los niños, y los padres pueden ayudar a sus hijos a prepararse para estos nuevos desafíos, promoviendo la alfabetización digital y la formación en áreas relacionadas con la IA.
1.5.- Saber ser lo suficientemente cauto como para saber mantener un equilibrio entre la tecnología y la interacción humana.
Uno de los mayores retos que plantea la irrupción de la IA en la educación es la deshumanización del proceso educativo. A medida que las plataformas educativas automatizadas, los tutores virtuales y los sistemas de evaluación basados en IA se hacen más comunes, puede haber una tendencia a reducir la interacción humana en el proceso de aprendizaje. Aunque la IA puede ofrecer soluciones altamente personalizadas, los padres deben asegurarse de que sus hijos mantengan un equilibrio saludable entre el aprendizaje digital y el contacto humano. Las relaciones interpersonales, el desarrollo emocional y las habilidades sociales dependen de la interacción cara a cara, y los padres deben asegurarse de que la tecnología no sustituya estos aspectos fundamentales del desarrollo infantil por lo que se hace cada vez más necesario el fomentar las relaciones fuera del ámbito digital y más las interacciones familiares y sociales. Los padres tiene el deber de hacer que los niños jueguen, y de que retomen el saludable hábito del juego callejero, el deporte y cualquier otra actividad al aire libre.
1.6.- La colaboración con los educadores se hace cada vez más necesaria e imprescindible.
Finalmente, los padres deben involucrarse de manera activa en el diálogo con los educadores sobre cómo se está implementando la IA en el proceso educativo. Esto incluye tener conversaciones sobre el uso de plataformas educativas, el análisis de datos de los estudiantes y la forma en que se toman las decisiones pedagógicas basadas en la IA. Los padres pueden ser una voz crítica que ayude a garantizar que la tecnología se use de manera ética, equitativa y en beneficio de todos los estudiantes.
"En definitiva y para terminar este apartado, la Inteligencia Artificial es un reto, sí, pero también una fuente inagotable de oportunidades para los padres".
2. El papel de los educadores.
2.1.- Su adaptación y actualización constante es primordial.
El primer reto a que se enfrentan los educadores es el de adaptarse a una tecnología en constante evolución. La IA está cambiando rápidamente el panorama educativo: desde plataformas de aprendizaje personalizado hasta herramientas automatizadas para la corrección de exámenes o la creación de contenido interactivo. Los docentes deben estar en un proceso continuo de formación y actualización, no solo en cuanto a herramientas tecnológicas, sino también en cuanto a nuevas metodologías pedagógicas que aprovechen al máximo las posibilidades que ofrece la IA.
Los educadores tienen la responsabilidad de ser modelos de aprendizaje continuo, demostrando que no solo transmiten conocimiento, sino que también están dispuestos a aprender y adaptarse a las nuevas realidades tecnológicas, sin dejar de ser críticos sobre sus implicaciones éticas.
2.2.- Ser plenamente consciente de que la IA es un complemento, nunca un sustituto.
Uno de los mayores temores que surgen con la irrupción de la IA es la posibilidad de que los docentes sean reemplazados por algoritmos, plataformas automatizadas o tutores virtuales. Sin embargo, es crucial que los educadores comprendan que la IA no está destinada a sustituirlos, sino a complementar y potenciar su labor. La IA puede asumir tareas repetitivas y administrativas, como la corrección de ejercicios, el seguimiento del rendimiento académico o la recomendación de recursos educativos, lo que permite a los docentes centrarse en lo que realmente importa: la interacción humana, el apoyo emocional y el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.
La IA nunca reemplazará las cualidades humanas sobre las que se fundamentan la docencia: la empatía, la capacidad de inspirar, la construcción de relaciones significativas con los estudiantes y la creación de un entorno de aprendizaje inclusivo y diverso. Los educadores son los guías que interpretan los resultados de la IA y toman decisiones sobre cómo aplicar esos datos para mejorar la experiencia educativa de cada estudiante.
2.3.- Personalización del aprendizaje y atención a la diversidad.
Qué duda cabe, que una de de las grandes ventajas de la IA en la educación es su capacidad para ofrecer aprendizaje personalizado, adaptado a las necesidades, intereses y ritmos de cada estudiante. Las plataformas basadas en IA pueden proporcionar un seguimiento detallado de los avances de los alumnos, identificar áreas de mejora y ofrecer recursos adecuados para cada caso. Sin embargo, para que esta personalización sea efectiva, los educadores deben actuar como mediadores entre la máquina y el alumno, interpretando los datos y proporcionando la orientación humana que permita que el estudiante no solo adquiera conocimiento, sino que también desarrolle habilidades sociales, emocionales y éticas.
La atención a la diversidad es otro de los aspectos clave donde la IA puede ser de gran ayuda, pero también puede ser un desafío. Los estudiantes con necesidades educativas especiales o con exigencias de aprendizaje diferentes pueden beneficiarse enormemente de la personalización de la IA, pero los educadores deben estar preparados para ajustar y adaptar las herramientas tecnológicas para que no se generen desigualdades. La tarea del docente es asegurarse de que la IA no se convierta en un factor de segregación, sino que facilite el acceso a una educación inclusiva y equitativa.
2.4.- Fomentar el pensamiento crítico y la ética digital.
La IA puede proporcionar respuestas rápidas y soluciones eficientes, pero también plantea desafíos éticos que los educadores deben abordar. Los docentes tienen la responsabilidad de enseñar a los estudiantes a pensar críticamente sobre la información que reciben, especialmente cuando se utiliza IA para procesar grandes cantidades de datos, filtrar información o tomar decisiones automatizadas.
Es fundamental que los educadores no solo enseñen a los estudiantes a usar la tecnología, sino a cuestionarla, a comprender cómo funcionan los algoritmos, a ser conscientes de los sesgos que pueden estar presentes en los sistemas de IA y a reflexionar sobre las implicaciones éticas del uso de estas tecnologías. La alfabetización digital y la educación en ética tecnológica deben ser componentes clave del currículo, y los docentes juegan un papel crucial en guiar a los estudiantes para que sean usuarios responsables, críticos y éticos de la IA.
2.5.- Promoción de habilidades humanas y emocionales.
Aunque la IA puede ser extremadamente útil en la enseñanza de contenidos técnicos y específicos, las habilidades humanas y emocionales siguen siendo esenciales en el proceso educativo. Las máquinas no pueden reemplazar la capacidad de un docente para inspirar, motivar y conectar emocionalmente con los estudiantes. Además, el desarrollo de habilidades como la empatía, la colaboración, la creatividad y la resolución de problemas sigue siendo un objetivo primordial de la educación, y es aquí donde los docentes tienen un impacto irremplazable.
La IA se ha convertido en una herramienta poderosa para enseñar habilidades técnicas, pero los educadores deben seguir siendo los principales responsables de cultivar habilidades socioemocionales, aspectos cruciales para el bienestar personal, el éxito profesional y la formación integral de los estudiantes en un mundo cada vez más automatizado, que podría llegar convertirse en un mundo cada vez menos humanizado y más mecanizado.
2.6.- El desafío de la brecha digital.
Un desafío más, pero no por eso meno importante. Los educadores deben abordar el brutal problema que supone la brecha digital, en un mundo cada vez más polarizado y con una clara tendencia al aumento de la desigualdad económica y social. No todos los estudiantes tienen el mismo acceso a la tecnología, y la implementación de la IA en la educación puede acentuar las desigualdades existentes. Los docentes deben ser conscientes de estas disparidades y trabajar, conjuntamente con los poderes del Estado y todos los sectores de la sociedad, activamente para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a las herramientas y recursos necesarios, independientemente de su condición socioeconómica o geográfica. Las herramientas que ponen a nuestro alcance las nuevas tecnologías deben ser herramientas de inclusión y no de exclusión. Como siempre, los docentes deben estar en primera línea de batalla para ganar esta difícil contienda: la de la equidad digital.
2.7.- Colaboración y desarrollo profesional continuo.
La ardua tarea de la integración de IA en la educación no es algo que pueda hacerse de manera aislada. Los educadores deben ser colaboradores activos en el desarrollo e implementación de estas nuevas herramientas. Esto implica no solo aprender a utilizar la IA en su práctica diaria, sino también colaborar con otros docentes, con expertos en tecnología educativa, con administradores y con las familias para diseñar entornos de aprendizaje que sean efectivos y éticos.
Además, los docentes deben estar comprometidos, aún más si cabe, con su permanente actualización profesional. El panorama que se les presenta no da tregua, y exige una continua y rápida adaptación a los constantes cambios que la sociedad demanda.
"La conclusión final a este apartado sería el ver a la IA como una aliada y no como una amenaza. Sabiendo en todo momento que el papel que juega como docente es el de guía, mentor y modelo en el proceso de aprendizaje".
3. El rol que desempeña la sociedad.
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación de nuestros hijos es uno de los desafíos más grandes y complejos a los que se enfrenta la sociedad en los últimos tiempos; ya que si bien la IA tiene un enorme potencial para transformar la educación de manera positiva, también plantea numerosos interrogantes a los que ya hemos hecho mención.
3.1.- Garantizar un acceso equitativo a las nuevas tecnologías.
Uno de los primeros retos que la sociedad debe afrontar ante la irrupción de la IA en la educación es el de la brecha digital. Mientras que algunas familias tienen acceso a dispositivos tecnológicos avanzados, plataformas de aprendizaje y a internet de alta velocidad, otras carecen de estos recursos. Esta desigualdad no solo afecta a los estudiantes a nivel académico, sino que también podría perpetuar y ampliar las disparidades sociales y económicas que ya existen.
Es responsabilidad de la sociedad, a través de políticas públicas inclusivas, garantizar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a las herramientas necesarias para aprovechar los beneficios de la IA. Esto incluye el acceso a dispositivos electrónicos, internet de calidad y entornos de aprendizaje digital que permitan a los estudiantes desarrollar sus habilidades en igualdad de condiciones. Iniciativas en las que se involucren Gobierno Central y Autonómicos, deben garantizar que nadie quede excluido de esta revolución educativa.
3.2.- Desarrollar una alfabetización digital crítica.
La alfabetización digital es una competencia esencial para los ciudadanos del siglo XXI, y la sociedad debe asumir la responsabilidad de enseñar a los jóvenes a interactuar de manera crítica y reflexiva con la IA. No basta con que los estudiantes utilicen plataformas basadas en IA; deben comprender cómo funcionan, cómo se toman decisiones a partir de los datos y ser conscientes de los sesgos que pueden existir en los algoritmos. La educación digital debe ser un componente central de los currículos escolares y de la formación en el hogar.
Además de la alfabetización técnica, es necesario fomentar una alfabetización ética que permita a los estudiantes entender las implicaciones de la IA en áreas como la privacidad de los datos, la toma de decisiones automatizada y los efectos sociales de la automatización. La sociedad debe apoyar la creación de espacios de reflexión pública donde los ciudadanos puedan debatir sobre los valores que deben guiar el uso de la tecnología en la educación y en la vida cotidiana.
3.3.- Empoderar a las familias y comunidades para acompañar el proceso educativo.
Como ya he apuntado, la familia juega un papel fundamental en la educación de los hijos, y su rol va adquiriendo cada vez más importancia por la presencia de la IA en las aulas. Los padres, como principales educadores en el hogar, deben estar informados sobre las herramientas tecnológicas que utilizan sus hijos y cómo estas impactan su aprendizaje. La sociedad tiene la responsabilidad de proporcionar formación y recursos para que las familias comprendan cómo pueden acompañar a sus hijos en este nuevo entorno educativo, asegurándose de que se utilicen las tecnologías de manera equilibrada y saludable. Perseguir el desarrollo integral de los niños es fundamental y para ello es necesario desarrollar sus habilidades emocionales, sociales y éticas. En este proceso, estamos involucrados todos los estamentos de la sociedad sin excepción.
3.4.- Los educadores necesitan de la colaboración de la sociedad.
Aunque los educadores son los que interactúan directamente con los estudiantes en el aula, el desafío de integrar la IA en la educación no puede recaer únicamente sobre sus hombros. Los maestros y profesores necesitan el apoyo de la sociedad en general para estar bien preparados en el uso de estas nuevas herramientas. En este sentido, los educadores deben ser reconocidos no solo como facilitadores del conocimiento, sino también como mediadores entre la tecnología y el desarrollo humano. La IA puede hacer mucho por una educación individualizada, pero la interacción humana sigue siendo esencial en el proceso educativo. Así pues, se hace cada vez más necesario el respaldo de la sociedad a los docentes en su rol de guías y orientadores, para que puedan nivelar el uso de la tecnología y importancia de los valores humanos en la educación.
3.5.- La ética de la IA en la educación: un debate social necesario.
El uso de IA en la educación plantea una serie de cuestiones éticas que deben ser discutidas y abordadas por toda la sociedad. ¿Cómo se recopilan y protegen los datos de los estudiantes? ¿Quién toma las decisiones sobre qué algoritmos se utilizan para personalizar el aprendizaje? ¿Cómo se asegura que los sistemas de IA no refuercen los prejuicios o las desigualdades existentes? Estas son preguntas complejas que no pueden ser resueltas solo por los desarrolladores de tecnología o los educadores, sino que requieren un debate público amplio e inclusivo.
Las instituciones gubernamentales, académicas y tecnológicas deben colaborar para establecer marcos éticos claros que protejan a los estudiantes y garanticen que la IA se utilice de manera transparente, equitativa y justa. Los ciudadanos, las familias, las organizaciones civiles y los estudiantes deben participar activamente en estas conversaciones, para que las decisiones sobre la implementación de la IA en la educación reflejen los valores y las prioridades de la sociedad en su conjunto.
3.6.- Preparación para el futuro laboral.
Qué duda cabe que la volcánica irrupción de las nuevas tecnologías y actualmente la IA, ha cambiado el mundo en general y el laboral en particular. Los trabajos del futuro serán muy diferentes a los actuales, y los jóvenes necesitarán habilidades específicas para adaptarse a un mercado de trabajo cada vez más digitalizado y automatizado. La sociedad debe trabajar conjuntamente para preparar a las futuras generaciones para estos cambios, ofreciendo formación técnica en áreas como la programación, la ciencia de datos y la inteligencia artificial, pero también fomentando habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y las habilidades interpersonales.
"Como reflexión final, dejar constancia que todo lo que aquí hemos apuntado se quedará en nada si no es mediante el esfuerzo colectivo que nos haga arribar hacia un futuro inclusivo y equitativo, ya que en última instancia, el objetivo debe ser formar a los jóvenes no solo como usuarios competentes en el ámbito tecnológico, sino como ciudadanos críticos, responsables y éticos, capaces de contribuir a una sociedad cada vez más digital, pero también más humana y justa".
¿Entendéis ahora por qué al principio de este artículo os decía que me alegraba de no ser padre de niños o niñas -para que nadie se enfade- preadolescente o adolescentes? Bueno, no importa, porque soy abuelo de cuatro personitas y me preocupa tanto o más. No deseo para ellos un mundo idílico, sino justo y equitativo.
A algunas personas les preocupa que la inteligencia artificial nos haga sentir inferiores, pero cualquier persona en su sano juicio debería tener un complejo de inferioridad cada vez que mira una flor”. (Alan Kay, informático estadounidense y premio Turing en 2003).
Si no educas a tu hijo, lo hará Mark Zuckerberg. No debemos temer la palabra "prohibir" para los móviles: a la hora de ir a dormir, en las comidas o durante los deberes. Prohibir es parte de la educación, pero no te puedes quedar sólo en eso. Hay que ofrecer alternativas como hobbies, excursiones...Las familias deben comprometerse a estar presente. José Ramón Ubieto. Psicólogo experto en adolescentes.
FUENTES CONSULTADAS:
Artificial. La nueva inteligencia y el contorno de lo humano. Mariano Sigman y Santiago Bilinkis.
Ser padres en la era digital. María Zabala.
Era de idiotas. David Pastor Vico.
Nexus. Yuval Noah Harari.
Internet.
Las imágenes han sido generadas por IA.
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Paco Gil Pacheco (PacoGilBarbate)
NOTA.- Posiblemente el artículo me haya quedado un pelín largo, pero creo que merecía la pena. De cualquier forma, gracias por intentar leerlo al menos.
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