Un Barbate barbateño, fuera de la nefasta influencia que hasta hoy día han ejercido clanes de la más rancia, caduca y apolillada oligarquía política.
En este nuevo Barbate que salga de las urnas, quienes ejerzan la responsabilidad de gobierno deberán evitar acompañarse de la inevitable cohorte de barandas y arrimados que tanto daño han hecho durante tanto tiempo. Será misión harto difícil, pero necesaria para la regeneración política de la que tanto estamos necesitados.
No es, ni mucho menos, desconocida mi insatisfacción por todo lo que ha sucedido en mucho tiempo, pero la proximidad de las elecciones municipales me obliga a ser cauto, cuanto menos, y no hablar más de lo estrictamente necesario. Esta reflexión me lleva, salvando las distancias históricas, a recordar al Ilustre y Magnífico Rector de la Universidad de Salamanca, Don Miguel de Unamuno, cuando presidiendo los actos conmemorativos del “Día de la Raza” el 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad, en ese teatro de las vanidades montado por el “Generalísimo Franco”; se yergue flaco, quijotesco y un punto tembloroso para gritar: ¡NO AGUANTO MÁS! ¡NO QUIERO AGUANTAR MÁS! ¡ES UNA VERGÜENZA ! A esto, la inefable por vergonzosa, respuesta de Millán Astray ¡MUERA LA INTELIGENCIA!
Podemos fácilmente perdonar a un niño que teme a la oscuridad, la verdadera tragedia es cuando un hombre teme a la LUZ.
Platón
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