Voy a intentar darle un giro al contenido de este blog. Durante todo este tiempo me he encontrado como enjaulado, las limitaciones que me imponía yo mismo al tratar un único tema, entiéndase Barbate, han hecho de barrotes. No por ello voy a dejar de denunciar desde aquí lo que crea denunciable, pero la monotemática en general me aburre y puede crear en mí un estado de opinión nada recomendable y del que salga perjudicado este pueblo.
No sabría decir porque me he decantado por un pequeño artículo que tenía escrito hace varios meses, es probable que lo haya rescatado de mi bloc por la influencia de una película que vi el sábado día 19 de noviembre en televisión (no sabría decir en qué cadena) y que precisamente trataba sobre: “LA ESCLAVITUD”. Esta es mi opinión y así la reflejo
Naturalmente que hoy existe ESCLAVITUD. Existe en grado sumo, y es probable que no seamos conscientes de ello en esta sociedad nuestra “super_civilizada”. Pero sí, existe, sólo que camuflada de esa forma tan sibilina que únicamente la mente humana puede concebir.
Existe la esclavitud más denigrante que se pueda dar: “La esclavitud intelectual” y la ejercen de forma sistemática quienes desgraciadamente menos dotados de esta cualidad están, los que poseen el poder sencillamente porque poseen el dinero. Pero esto no es nuevo, esto siempre ha sido así diréis y con razón. Sin embargo continuamente tenemos que alzar la voz contra ello para que nadie crea que es algo olvidado, algo del pasado.
Es cierto que la predisposición psicológica de toda persona “decente” en relación con la esclavitud es siempre negativa. Hablar de esclavos es hablar de denigración de la especie humana en grado superlativo. Pero lo importante, hoy como lo fue ayer y como lo será siempre, es que no olvidemos que no es algo del pasado, propio de sociedades pocos avanzadas y que fue abolida allá por el siglo XIX -qué reciente ¿verdad?- . No, no y no, esto no es cierto; hoy vivimos en un mundo en el que no sólo hay trabajos propios de esclavos, sino que además se ven fomentados por las sociedades democráticas, económicamente desarrolladas y políticamente avanzadas.
Esta execrable lacra puede en un futuro muy próximo verse fomentada con el vertiginoso avance de las nuevas tecnologías, por un nuevo dios: “Internet” - a quienes muchos ya rinden pleitesía- y todo lo que ello lleva consigo: móviles, redes sociales, información de cualquier tipo al alcance de todos y al instante, etc. ¡Ojo! Tenemos ante nosotros un gigantesco reto, el educar a nuestros hijos en un uso responsable de las mismas y en ser racionales y cautos en su uso; no vaya a ser que en un futuro más pronto que tarde, todos, y digo todos, le tengamos que rendir vasallaje y, ya sabemos el precio que se cobran los señores.
En tiempos de crisis es más importante la imaginación que la inteligencia
Albert Einstein
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