HAY QUIENES ENARBOLAN BANDERAS MIENTRAS GUARDAN SUS CARTERAS (J. M. Serrat)
Cuando menos debería sonrojarse quienes
gozando de la impunidad que les ha dado su cargo, al que por cierto los hemos izado
nosotros, ha hecho y deshecho a su antojo, a su libre albedrío (como diría persona
versada en la lengua cervantina), y no siempre con voluntad de servicio sino de servirse.
Desde hace mucho venimos oyendo de forma
reiterativa a altos cargos políticos, nacionales y autonómicos, que se
encuentran en un “preocupante estado de indefensión”, cuando “presuntamente”
(ojito con lo que decimos,) se les ha cogido con las manos en la masa por
acción u omisión.
Pero… ¿qué saben ellos de indefensión? Nos
preguntamos el resto de los mortales. Hablan de indefensión cuando tienen a su
servicio los mejores bufetes de abogados del país y del extranjero, para
hacernos ver lo blanco negro o viceversa y así salvar su honorabilidad. Aunque yo más
bien diría que comprarla.
Además por si esto fuera poco, algunos
cuentan con el parapeto del aforamiento. A esto es lo que llamamos igualdad ante la ley. ¡Y una leche! Por
no decir ¡Y una m….! como decimos en mi pueblo.
Miren señores, ustedes no tienen ni idea
de lo que significa indefensión. De esto saben mucho:
a) Quienes
no tienen trabajo ni nada con lo que llenar los
estómagos vacíos de sus hijos.
b) Quienes
no pudiendo pagar sus hipotecas son vilmente echados de sus casas.
c) Quienes
como borregos forman interminables colas en el INEM.
d) Quienes
ven continuamente recortado sus salarios, y si se quejan ya saben lo que les
espera. Nada bueno
e) Quienes
han sido agraciados con las “preferentes” y no tienen donde quedarse muerto.
f) Quienes
estando muy preparados han sido despedidos (dicen que por los necesarios
recorten), o penden de un hilo su futuro.
g) Quienes
están bajo sospecha, paradójicamente en una sociedad moderna y democrática,
simplemente por no pensar lo mismo que los “indefensos”.
h) Quienes
……
No
sigo porque me embalo y no quiero cansar a nadie. Pero como último apunte me
gustaría que en algún momento estos señores, que se sienten indefensos, hicieran
un alto en su camino y reflexionaran seriamente en lo que dicen. Lo demás es
demagogia barata.
A
nadie le gustaría que se hiciera verdad aquellas sentencia que en 1965 hizo Bob
Dylan: “Yo no tengo esperanza en el futuro y sólo espero tener suficientes
botas para cambiarme”
Comentarios
Hay que esperar, dar tiempo al tiempo. El tiempo es el que manda, el tiempo es quien está jugando al otro lado de la mesa y tiene en su mano todas las cartas de la baraja. A nosotros solo nos corresponde inventar los encartes con la vida, la nuestra.