Superado el concepto de aldea global de hace muy poco, inmerso de
lleno en la sociedad 3.0 y a las puertas de la 4.0 (concepto aún por definir),
en donde la información y la comunicación han alcanzado límites inimaginable;
nos encontramos realmente perdidos, en el limbo intelectual, porque
sencillamente el ambiente que se respira es de que cada vez estamos más
desinformado y menos comunicados que nunca.
A esta breve reflexión me lleva estos dos
puntos:
· * Fundamentalmente estamos más desinformado por
el exceso de mensajes que recibimos, mensajes en ocasiones muy contradictorios y que por su volumen, rapidez e instantaneidad no somos capaces de procesar y por supuesto muchísimo
menos verificar su autenticidad. Estamos atrapados en una telaraña informativa
en la que ni sabemos, ni podemos movernos por los intrincados hilos que la forma o el laberinto en el que nos sumerge.
· * Estamos más aislado de
nunca, paradójicamente, porque, inmersos en esta vorágine informativa y medios
de difusión, principalmente redes sociales, hace de cada uno de nosotros un Robison
Crusoe, con el agravante de que este personaje de Daniel de Foe, mantuvo la
esperanza de regresar al mundo civilizado durante veintiocho años y al final lo
consiguió. En estos momentos, este mundo digital en el que nos encontramos
sumergidos, nos mantiene atrapado hasta tal punto que se nos hace poco más o
menos que imposible vislumbrar un horizonte esperanzador y libre. Pero es
posible que lo más grave no sea esto, sino que hay quienes están empeñados en
poner entre nosotros y ese esperanzador horizonte una tupida cortina tejida de
mentiras e intereses individuales. Esos mismos tejedores son los que desean, a
toda costa y coste, que sigamos sumergidos en este farragoso mundo virtual.
¿En qué se traduce todo esto? Pues que
en lugar de ser un pueblo cada vez más libre, paradójicamente sucede lo
contrario. Cada día nos aborregan más, nos vuelven más insensibles, abotargados
y en definitiva menos humano, menos persona.
¿Es irreversible esta situación? No.
Pero tampoco será nada fácil, no nos llevemos a engaño, porque la única arma
que tenemos para combatirla es la tan denostada educación, educación y
educación.
A modo de apunte de última hora me
parece que, estos tiempos que estamos viviendo de acceso universal a cualquier
tipo de contenido sin cortapisas, son tan bonitos y de tal magnitud intelectual
que, es una inmoralidad que el acceso a los mismos esté en manos de unos pocos.
Si la Red ha hecho posible que la información no tenga límites es una
contradicción ponérselo a la Educación.
Otras Webs relacionadas:
Hasta luego
Paco Gil
Cuando uno abre la mente a lo imposible,
a veces encuentra la verdad.
Comentarios