El arte de sorprender incluso a los más escépticos
Embaucador, trolero, futurista, profético, pseudocientífico, engañabobos, etc. De esto y de mucho más se ha acusado al personaje del que voy a hablar en este artículo. Sin embargo, si algo no se le puede reprochar a Dan Brown es que sea un autor que pase desapercibido para la mayoría de gente afín o no a su obra. Sus libros, particularmente tres: “El Código Da Vinci”, “Ángeles y Demonios” y el más reciente, “Origen”, tienen en común no dejar indiferente a nadie. No podemos negarle la capacidad de crear dudas, marcar tendencias o remover conciencias, factores más que necesarios en la evolución intelectual y formación integral del ser humano.
Brown es un maestro diestro en aquellos terrenos literarios en los que otros se mueven con la cautela de la marioneta. Aquellos que sí, pero… no. Es mejor no molestar a quienes tiran de las cuerdas de ese teatro de guiñol en que, unos más y otros menos, todos nos movemos.
Parece ser que en estas obras, al margen del carácter puramente comercial, al autor le importa muy poco el que determinados cimientos se resquebrajen. Deja a criterio del lector las conclusiones finales que, por otra parte, no son nada fáciles y más, si no se es docto en las distintas disciplinas que se manejan en estos libros.
Sesudos científicos, teólogos, historiadores, políticos y moralistas ponen en cuarentena los conceptos que se manejan en las novelas; en ocasiones, por cuestiones meramente ideológicas, morales o simplemente por la educación recibida. Pero la gran mayoría de los lectores no tienen probablemente esta formación, lo que no quiere decir, ni mucho menos, que no estén capacitados para sacar sus propias conclusiones. Pero desde luego nunca sin sentido crítico y con esa carga de duda que siempre acompaña al curioso: ¿Será verdad?
La lírica con la que expone sus hipótesis y la épica de sus conclusiones atrapan como un imán al lector. Por descabelladas que parezcan éstas, siembra en la fértil mente del lector la semilla de la duda, de la inquietud. Una sensación de incertidumbre corrosiva, difícil de explicar, pero nos motiva a buscar la verdad, o como poco indagar sobre qué es lo que se esconde detrás de ese rumor. Rumores que en la mayoría de las ocasiones están protegidos por muros que antaño fueron insalvables, pero que con el tiempo cayeron ante la fuerza de la luz y la razón.
Al margen de jocosas anécdotas históricas, en “Origen” subyace la conveniencia de un cambio de modelo político. No obstante, no es asunto de este artículo entrar en este tipo de detalles aunque, debido a mi naturaleza, me es difícil pasar de soslayo por esta cuestión sin caer en la tentación .
El autor no sólo vuelve a plantearnos preguntas tan viejas como la misma humanidad: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Plantea otras surgidas de la realidad que nos ha tocado vivir: ¿Preferiríamos vivir en un mundo sin tecnología o en un mundo sin religión? ¿Querríamos vivir en un mundo sin medicinas, electricidad, transporte o antibióticos? ¿O sin fanáticos que vayan a la guerra para defender historias ficticias? ¿Preferiríamos admitir que Adán y Eva existieron? ¿O que somos producto de una evolución —demostrada— más primitiva? ¿Deberíamos usar nuestra vasta experiencia para hacernos crecer y no para destruirnos?
Las respuestas a estas preguntas son propias de la épica novelesca a la que me refería y que forman parte del intrincado nudo que mantiene al lector absorto hasta el final. La realidad, aún teniendo otros componentes, no deja de flirtear con la ficción, y es por ello por lo que, más pronto que tarde, tendremos que dar respuesta a estas cuestiones, y digo dar respuestas porque las preguntas seguro nos las hacemos ya.
Invito al lector a asomarse por la obra de Dan Brown y sobre todo por los aspectos científicos y morales (no importa el orden) a los que nos enfrenta. No descarto que en artículos venideros haga referencia a algunos de ellos, pero necesitaré asesoramiento de personal cualificado. Me emplazo e insto a los seguidores de este blog a que estén atentos y, en el caso que lo deseen, aporten su granito de arena. Ese será nuestro reto para un futuro cercano.
“Si una pregunta se plantea con rigor, se puede responder por la lógica.”
Bertrand Russell en la novela gráfica “Logicomix. Una búsqueda épica de la verdad.”
Hasta luego.
Paco Gil ((PacoGilBarbate)
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