UNA VIDA DE CUENTO MUY REAL
Hubo una vez una hermosa princesa que cansada de la vida de lujo, ocio y placidez que llevaba, se decidió abandonar su hogar y todo lo que le rodeaba en busca de un lugar del que había oído hablar desde su más tierna niñez. Esperanza, era el nombre de ese lugar con el que siempre había soñado. Jamás nadie antes había intentado tamaña aventura. Posiblemente porque nadie creía en su existencia o bien porque, ahítos por la placentera vida que llevaban no querían admitir ni tan siquiera la remota posibilidad de su existencia. Pero ella tenía una gran ventaja, contaba con las dos personas que más alimentaban este sueño, que más le animaban a perseguir esa utopía hacia su felicidad. Sus padres.
Cuando el velo dorado de la noche envolvió sus aposentos y todos dormían, se puso el sencillo vestido de una de sus doncellas, sus sandalias y una humilde capa; se colgó de sus frágiles hombros una mochila con lo imprescindible y se echó la capucha sobre su hermosa melena de miel, no necesitaba más para el duro viaje que le esperaba. Ligera de equipaje y con el capazo medio vacío emprendió el camino.
Sería temerario afirmar que la princesa no tenía miedo, muy al contrario, estaba terriblemente asustada ante la incertidumbre que se cernía más allá del horizonte al que sus vidriosos ojos avellanados eran capaces de alcanzar. Sin embargo la curiosidad y sobre todo la firme creencia en la existencia de unas tierras y unas gentes diferentes podía más. La necesidad en la creencia de algo mejor le daba fuerzas. No quería que llegara un día en el que tuviera que arrepentirse de no haberlo intentado.
Con gran sigilo, asustada pero con mucha determinación emprendió la marcha. El ímpetu de su juventud posiblemente no fuera el mejor de sus consejeros, pero su determinación era firme, así emprendió esa aventura con la que siempre había soñado Una aventura que...
Este podría ser el punto de partida de una bonita historia, en un lugar del que podríamos o no querer acordarnos, en un momento indeterminado y con un personaje que bien pudiera ser cualquiera. Qué más da, todos somos princesa o príncipe para alguien y todos en un momento de nuestra vida hubiéramos deseado emprender ese viaje.
Mi princesa cumple seis años este próximo día 17 de diciembre. Ella, hace mucho - parece mentira con tan corta edad -, que hace girar la brújula de su inocencia a su antojo, al son de sus inocentes caprichos, como debe ser. Ella es ese abrazo que necesito en mis malos momentos, ese aliento que me levanta cuando el cuerpo y la mente se resiste a echar andar. Es esa maravillosa brisa que en los momentos de desazón me alivia y refresca el cuerpo y alma. Ella es nada más y nada menos que “MI PRINCESA”. Así sin más
Pero claro, esta obra estaría incompleta sin los dos grandes coprotagonistas de esta fantástica obra: sus maravillosos padres, y sin el attrezzo del tramoyista principal: ASIER.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRINCESA!
Cualquier cosa que puedas hacer, comiénzala. La osadía contiene poder, genio y hasta magia en su interior. Goethe.
Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate)
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