NO SOY UN VERSO SUELTO. SOY DE LA PÚBLICA

EDUCACIÓN PÚBLICA O EDUCACIÓN DE PRIVILEGIOS

Hace mucho que me viene rondando por la cabeza la idea de denunciar, en la acepción más amplia del término, la abismal diferencia que a ojo de buen cubero observo entre los distintos templos de la educación. Aún más si cabe, en las grandes capitales de esta España en la que todos somos tan desiguales ante la ley como ante la educación. Creo que ahora es el momento de trazar estas pequeñas pincelas de denuncias.

Me van a permitir que me ría, no me ven, pero intúyanlo. 

Me avergüenzo cuando veo esos vetustos e imponentes edificios, con más frecuencia de la deseada, en elegantes barrios y calles de una ciudad cualquiera. Templos de adoctrinamiento más que de educación, con el único y sacrosanto objetivo de formar a la clase dirigente y no espíritus críticos y libres. Donde el futuro de muchos de sus pupilos está más que asegurado y, que a poco que se lo propongan (sin mucho esfuerzo, por cierto), ocuparan los puestos más relevantes de la sociedad. Esos para los que están predestinados, por obra y gracia del dios del capitalismo. Manipularán nuestras vidas a su antojo y se perpetuarán  en el espacio y en el tiempo. Al fin y al cabo es ley de vida, asumen y pregonan a los cuatro vientos, sin ningún rubor y con una indecencia extrema  estos personajes.

Pero si vergonzoso es esto, aún lo es más más, que este sistema se mantenga, de forma interesada e impúdicamente por el gobierno de turno y otros grupos de presión. Suelen ser de titularidad privada o concertada, pero, eso sí,  pagados por todos los españoles a modo de prebendas, subvenciones y otras exenciones fiscales - léase IBI por ejemplo. Vamos, un chollo. En fin, que muchos son los llamados y poco los elegidos para perpetuidad de esta especie.

Si nos adentramos en las laberínticas calles de los barrios más humildes, de menos empaque social, puede suceder y de hecho así es, que pasemos junto a un centro escolar de titularidad pública y ni tan siquiera nos demos cuenta. Pasan desapercibidos por su arquitectura anodina cuando no por su aspecto clónico y desangelado, nada de nada, porque lo que menos esperamos es que allí haya un colegio. Sólo despierta nuestros dormidos sentidos la algarabía de  alumnos, si pasamos en horario de recreo escolar o el grito de algún que otro docente en su aula. El grito del gran olvidado.

Estos, les pese a quien le pese, sí son verdaderos centro de educación – no me atrevo a llamarlos templo – porque es aquí donde verdaderamente se forman espíritus libres, críticos y comprometidos. Se educa a la persona en su integridad y se intenta potenciar aquellas cualidades que nos distingue como seres humanos solidarios.

¡Ojo! Que nadie se llame a engaño o quiera ver fantasmas donde sólo hay racionalidad. Por supuesto que hay honrosas excepciones, pero como habrá podido observar el lector, me he limitado a valorar únicamente el aspecto externos de estas instituciones; sin embargo ya lo  dice el refrán: “los ojos son el espejo del alma”, y esto es lo que se ve y no otra cosa.

También habrán observado que he pasado de soslayo sobre lo que se cuece dentro. Esto es harina de otro costal y posiblemente objeto de otro artículo de alguien con más empaque. Me limito a intentar exponer lo que observo.

Déjenme terminar con unas breves reflexiones al hilo de lo expuesto.

Primero ser consciente que: “Cuando las mentiras de entonces, en ocasiones, van de la mano con las verdades de ahora, mal lo llevamos; porque soy de los que piensan que aunque no hay verdades absolutas, la verdad sólo debe ir de la mano de la verdad, y este sistema educativo está montado sobre una gran mentira, una mentira a la medida de los más poderosos”.

En segundo lugar, no me mal interprete: “No estoy en contra de los centros privados, cada cual  puede hacer  con su dinero lo que le venga en gana. Pero eso sí, sin recibir ni un solo euro del erario público, el que quiera una educación privada que la pague con todas las consecuencias. Por ello estoy más en contra de esos mal llamados centros concertados que no son ni más ni menos que privados camuflados en lo educativo y económico. Entiendo que estos tuvieron su razón de ser en un momento determinado, cuando el Estado no era capaz de aportar las soluciones que necesitaba el sistema educativo español, de acuerdo; pero esos tiempos pasaron a mejor vida, ahora, esta España moderna, claramente inmersa en la arquitectura social y política del siglo XXI puede permitirse el lujo de absorber  la demanda educativa que la sociedad necesita sin necesidad de subvencionar a los mal llamados concertados”.

Y por último: "Qué tal si nuestros políticos en un acto de honradez suprema tuvieran la valentía de hacer de la Educación, Sanidad y Servicios Sociales una Cuestión de Estado(como es la política de defensa, terrorismo, etc.) y no una Cuestión Partidista sometida a los criterios oportunistas del listillo de turno. ¿Es eso pedir peras al olmo?"





España figura a la cabeza de la UE en privatización de la escuela

Es el segundo país, tras Bélgica, con menos alumnos en aulas públicas 

https://elpais.com/sociedad/2014/06/01/actualidad/1401644024_776502.html)

EL IMPARCIAL
opinión
Jueves, 17 de Enero de 2019. Actualizado a las 15:03
https://www.elimparcial.es/noticia/27218/opinion/publica-privada-o-concertada.html


Somos peligrosos desde el mismo momento en que intentamos entender qué es lo que está pasando


Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate)


Comentarios

Paco Malia ha dicho que…
Este capitalismo feroz y los que lo representan arrasan con todo. Todo lo quieren comprar: la sanidad, la educación y hasta la dignidad de las personas. Usura y adoctrinamiento. Acabarán vendiéndonos la primavera y el aire que respiramos. Siempre con la escuela pública. La libertad, la pluralidad y la equidad se encuentra entre sus frágiles muros. La privada, en líneas generales, es elitista y doctrinaria y no prepara para la vida sino para la "buena vida" de unos pocos.
Rosa ha dicho que…
Totalmente de acuerdo en un 110%, se puede hablar más alto pero no escribir más claro.
FRANCISCO NADALES FERNANDEZ ha dicho que…
Amigo Paco: Comparto totalmente tu opinión, tanto en lo que es la educación pública en España, como en lo que debería ser.

Puede convivir la educación pública con la privada. Puede convivir la sanidad pública con la privada.

Lo único exigible,es que no se trasvase dinero público para mantener esos servicios.

El deseo de cada gobierno de turno de adoctrinar, queda reflejado en el número de Leyes para la educación promulgadas desde que dio comienzo este esperpento de democracia, donde todos se consideran con derecho a ocupar eternamente los cargos para los que son elegidos.

Sería necesario un cambio total en la educación y en la escala de valores pero eso va para largo.

Yo sigo con mi eterna pregunta. ¿Como sería nuestra sociedad si en vez de educar para
TENER. Educáramos para SER. Un abrazo.