DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA: SER CORRECTO O INCORRECTO


LA VIDA ES SIEMPRE UNA CONTINUA NEGOCIACIÓN

¿Correcto? ¿Incorrecto? Qué más da. Para quienes presumimos de ser seres humanos no debería importarnos demasiado esta disyuntiva, al fin y al cabo no son más que las dos caras de una misma moneda.

Ni lo uno ni lo otro deberíamos planteárnoslo como objetivo. Sin embargo, y sin duda alguna, sí lo es la honestidad. Hay quienes se pasan media vida persiguiendo la utopía de querer agradar a todos y la otra media vida lamentándose, porque se da cuenta que en tamaño empeño ha dejado atrás gran parte de su felicidad. Suele pasar, con más frecuencia de lo que creemos, y nos damos cuenta demasiado tarde, que además de imposible es contraproducente y que los efectos secundarios de este tipo de conducta son altamente nocivos para la salud.

No se puede ni se debe servir a dos señores, han dicho personas muy sabias, y yo diría además que, con servirnos a nosotros mismos vamos más que sobrado. Pero no nos engañemos, esto no es fácil y mucho menos si lo llevamos al plano familiar, al seno de quienes te quieren y quieres. No obstante, aún a costa de desavenencias mal entendidas, por encima de todo se debe ser honesto, consecuente con nuestro yo más profundo y crítico.

Que estas líneas las suscriba alguien tan profundamente contradictorio no deja de ser cuanto menos anecdótico por no decir que tiene gracia. Yo, alguien tan profundamente comprometido con la defensa de la libertad; hasta tal punto es así que, forma parte de una de mis grandes contradicciones al afirmar en defensa de la misma que: “Por no prohibir no prohibiría ni la palabra prohibir”. Paradójico ¿no?

He intentado, sin mucho éxito la verdad sea dicha, llevar a la práctica aquel consejo que alguien muy cercano me dio una vez: "Paco, conflictos los que quieras y con quien quieras, pero nunca contigo mismo". Es verdad que no lo transcribo de forma literal, él no tenía esa capacidad, pero sí, en esencia era lo que quería decirme. Y digo que no tenía capacidad simplemente porque era totalmente analfabeto pero sin embargo le adornaban otras muchas cualidades y entre ellas una bien administrada sabiduría fruto de lo vivido y lo querido.

Paro, aún sabiendo que no fácil ser honesto no por ello debemos dejar de intentarlo con todas nuestras fuerzas, porque en algún momento de nuestra vida será lo único a lo que podamos aferrarnos como clavo ardiendo.

Ojo avizor con este empecinamiento en busca de la honestidad,  porque nos va a traer en más ocasiones de las deseadas y a veces con quienes más queremos problemas que se enquistarán para toda la vida, pero aunque lo pasemos mal, debemos continuar siendo lo que somos, sin posibilidad de marcha atrás. Si es un mal entendido, como adultos responsables podremos solucionarlo.

Nadie es perfecto, es algo constatado y por tanto errar forma parte de la condición humana. Nuestro derecho asertivo a cometer errores y a ser responsables de ellos describe simplemente una parte de la realidad del ser humano. Sin embargo podemos ser manipulados por otras personas para sus propios fines si no reconocemos que los errores son simplemente eso, errores. En este punto, me viene a la memoria, como otras tantas veces la figura de Don Quijote. Es un pensamiento recurrente que en más de una ocasión me ha dejado esa sensación de quietud espiritual de quien ha intentado obrar de acuerdo con sus principios. por ello con frecuencia me he preguntado: ¿Fue Don Quijote incorrecto en alguna ocasión? ¿Fue mal entendido o tergiversado? ¿De verdad alguien puede creer que nuestro más Ilustre Caballero, al que muchos recurrimos como paradigma de todo lo que querríamos ser, pudo ser incorrecto en algún momento, en alguno de sus actos? No, ¿Verdad? Nada más lejos de la realidad. Don Quijote es el arquetipo de la corrección llevada a grado sumo, de la honestidad y, por qué no decirlo, también de la contradicción; permanentemente “desfaciendo entuertos”.

Paro como lo perfecto es enemigo acérrimo de todo lo bueno, me arrogaría un papel que no me corresponde si califico a Don Quijote de perfecto. No, no fue siempre correcto, cometió una grave incorrección, una incorrección imperdonable: "morirse". Dejarnos huérfanos y como epitafio de su sepultura, la tesitura de tener que lanzar la moneda de la honestidad al aire. ¿Correcto? O ¿Incorrecto?



Lo malo de la vida es que es siempre más compleja de lo que dicen los libros y consideran las leyes.
El manuscrito de piedra. Autor Luis García Jambrina.

Bibliografía consultada:

Cuando digo no, me siento culpable. Autor: Manuel J. Smith


Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate)

Comentarios

FRANCISCO NADALES FERNANDEZ ha dicho que…
Amigo Paco: En tu artículo incluyes la respuesta a tus preguntas. Lo correcto y lo honesto creo que son dos mitades de la misma cosa. No puede haber nada correcto si no está formado por la honestidad tanto en el decir como en el hacer.

A veces me han pedido consejo sobre que hacer en determinadas circunstancias, algunas bastante complicadas. Siempre, recuerdo haberles dado el mismo consejo.Si lo que tienes que hacer tiene unas reglas escritas siguelas.Si no las tiene,sigue los impulsos honestos de tu corazón,seguro que aunque te equivoques lo habrás hecho bien.

Después asume las consecuencias de tus decisiones,pasa a la página siguiente y sigue con alegría el viaje por este mundo que es nuestra vida.
Un abrazo.