EL CHISMORREO COMO ELEMENTO DE COOPERACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HUMANA


EL PODER DEL RELATO EN LA CREACIÓN DE MITOS

Chisme . Noticia verdadera o falsa, o comentario con que se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna. (R.A.E.).

Yuval Noah Harari  plantea como una de las causas de la evolución del lenguaje dentro del género homo el chismorreo. Puede parecer una broma pero tal y como lo expone es de una pasmosa coherencia. Desde sus más remotos orígenes el Homo Sapiens ha demostrado su carácter eminentemente social, y a decir verdad no se entiende una sociedad sin chismorreo. Afirma el autor que es un acto que resulta tan natural que parece como si nuestro lenguaje hubiera evolucionado para este único propósito. ¿A caso cree el lector que los profesores de historia charlan sobre las razones de la Gran Guerra cuando se reúnen para almorzar? No claro que no, el chismorreo es el lenguaje común y sobre todo centrado en fechorías.

Dejando asentado la posibilidad del chismorreo como elemento clave en la evolución cognitiva de los individuos sapiens, otro factor de capital importancia ha sido y es la capacidad que tenemos de transmitir información sobre cosas que no existen. Hasta la fecha  y hasta donde sabemos – dice Harari - , sólo los sapiens pueden hablar a cerca de entidades que nunca han visto, ni tocado ni olido.
Leyendas, mitos, dioses, religiones…, aparecieron por primera vez con la evolución cognitiva. Esta capacidad de hablar sobre ficciones es la característica más singular del lenguaje humano.

Pero la ficción no sólo nos ha permitido imaginar cosas, sino hacerla colectivamente. Podemos urdir mitos comunes tales como la historia bíblica de la creación entre otros muchos, que confieren a los sapiens la capacidad sin precedentes de cooperar de forma flexible en grupos más o menos grandes, con mejores o peores resultados.

Cualquier cooperación humana a gran escala se fundamente sobre la existencia de mitos comunes que sólo existen en el imaginario colectivo. Los estados, las religiones, los sistemas judiciales, etc., tienen su piedra angular en la existencia de mitos compartidos por un amplio sector de la población.
Así, ninguna de estas tres cosas existirían fuera de un contexto de relatos inventados, que se han contado y en última instancia se termina creyendo.

Sin embargo (continúa  Noah Harari) no es fácil porque la dificultad de un relato y su viabilidad no depende de quén ni de como se cuenta, sino de la capacidad que tiene el narrador de convencer, de conseguir que lo crean. Gran parte de la historia gira alrededor de esta cuestión.

Cuando un relato llega a millones de personas y lo hacen creíble, confiere un poder inmenso no solo al inventor del relato sino a las generaciones que le sucederán, porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar hacia objetivos comunes. 

Pensemos lo  difícil que hubiese sido crear estados, iglesias o…, si sólo se chismorrease sobre las cosas que existen.

De la misma manera que al estudioso de esta temática,  a todos, nos debería preocupar y mucho hacer una clara distinción entre la compleja red de narraciones inventadas y las MENTIRAS.

Como siempre dejo el final de este artículo con el necesario espacio a la reflexión, para que el lector  pueda sacar sus conclusiones,  completarlo  y cerrarlo  según su buen entender y mejor criterio.


Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.
La sombra del viento. Carlos Ruiz Zafón.

BIBLIOGRAFÍA:

De animales a dioses. Autor: Yuval Noah Harari

Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate).

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