SOLO EL ODIO Y LOS PREJUICIOS MANTIENEN AL FASCISMO
El fascismo, como otras corrientes totalitarias, no es más que fruto de la perversión de la condición humana y, quienes practican estas teorías son, por definición, unos perversos.
Este movimiento se caracteriza por la anulación, como ente individual, de cualquier semejante. Su arma preferida es el odio a lo diferente y el culto a la uniformidad de pensamiento; ensalzando como forma de gobierno la autocracia (Régimen político en el que una sola persona gobierna sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad). Los fascistas son por antonomasia sacerdotes del autoritarismo que buscan la sumisión del otro. Es apoteósica su indisposición al diálogo. Se niegan taxativamente a él por su pensamiento radical, y cuadriculados argumentos elitistas. Sólo el odio y los prejuicios los mantienen.
Marcia Tiburi, filósofa brasileña , activista antifascista y mujer comprometida con la causa de los más desfavorecidos y los más elevados principios democráticos, denuncia en su libro: “Cómo conversar con un fascista” la situación de este movimiento en el mundo actual. Partiendo de la premisa de que es imposible, o cuanto menos muy difícil, dialogar con un fascista, hace una profunda reflexión sobre el autoritarismo en la vida cotidiana.
Un fragmento sacado de su libro dice así: “[…] Por desgracia el fascismo está de nuevo entre nosotros. En diversas ciudades y países del mundo resurge como un fenómeno bien unido a manifestaciones personales de los más diversos perjuicios bien como expresión colectiva del autoritarismo. El discurso de odio que lo caracteriza aflora en su habitual desvergüenza y sin mediaciones, eligiendo políticos y creando un clima de barbarie que pensábamos superado, que jamás se repetiría por la catástrofe que representa”.
De cómo esta perversión está calando en España, podemos lee que: “La nueva ultraderecha tiene las mismas características que la vieja”, como afirma el diario público en su blogs.
“[…] Cada una de las características del fascismo se presenta en esta nueva derecha: su nacionalismo radial extremo, con bases supremacistas de carácter racial, su canto a la fuerza y a la represión, su machismo, su defensa del statu quo y su dependencia del apoyo del sector reaccionario del mundo empresarial, de la jerarquía eclesiástica y de gran parte del generalato. Y es, como el fascismo anterior, apoyada por los grupos financieros y económicos que promueven un ultraneoliberalismo salvaje, ultraneoliberalismo que complementa su patrimonialismo Estatal (más cercano a Trump que a Le Pen), y que encaja con gran parte de la ultraderecha estadounidense, que la inspira. Su presencia ha afectado a las derechas españolas (PP y C’s) de tal manera que hoy hay un renacimiento de las características del fascismo en la vida política y mediática del país. La enorme atención que recibe por parte los mayores medios es un indicador de ello, reproduciéndose en España lo que ocurrió en EEUU con Trump. Su gran visibilidad mediática fue la principal causa de su éxito. Por lo demás, este fascismo –una vez reducida la parafernalia fascista del régimen dictatorial– es muy semejante al anterior”.
El diario “HOY”, a la pregunta: ¿Fascismo en España? Responde:
“La irrupción de partidos como el de Vox se nutre de la falta de valores humanistas y verdaderamente democráticos en nuestra sociedad, de la precariedad de sectores cada vez más amplios y de la ausencia de una clase política competente que arrastre a todos los españoles en un proyecto común”.
En esta España nuestra, como no podía ser de otra manera, tenemos claramente identificados a quienes de forma torticera y camaleónicas practican este tipo de política. De todos es conocido quienes están al frente de estos movimientos de matices claramente neonazis y quienes entre bastidores los manejan. Sabemos cuáles son sus vectores de propagación y que la ignorancia y la incultura es su caldo de cultivo ideal. Pero afortunadamente también tenemos identificado el mejor antídoto: MUCHO LIBRO Y MUCHA EDUCACIÓN.
Como siempre dejo a lector la última palabra, la última reflexión. Al final siempre prevalecerá la verdad individual, su gran verdad.
no es populismo, es activismo.
La bibliografía consultada están en los enlaces a los que remito al lector, así como en el Podcast de Carne Cruda: "Cómo conversar con un fascista" (#613)
Hasta luego
Paco Gil Pacheco. (@PacoGilBarbate)
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