ELECCIONES ANDALUZAS. 19 DE JUNIO DE 2022. VOTA CON RESPONSABILIDAD

 


Decía Camus que la vida es la suma de todas nuestras decisiones. Obviarlo es intentar vadear la verdad o, cuanto menos tergiversarla.

Me he preguntado una y otra vez, qué necesita  hacer la izquierda progresista de este país para  que la crean y confíen en ella? Los más que evidentes resultados sociales son patentes y no vale negar la mayor, por mucho que nos empeñemos y busquemos otros resquicios torticeros. Pero, probablemente la pregunta no sea esa. Como cualquier otra actividad humana, el pensar diferente, el tener distintos valores y ejercerlos de manera racional y democrática no sólo es un derecho, sino un deber inalienable y necesario para mantener una sociedad tolerante y saludable en principios y valores.

Así que la pregunta que me hacía me la replanteo desglosándola: ¿No será que no hay un único mensaje aglutinador? ¿No será que los mensajeros de izquierda  no gozan del predicamento mínimo necesario? ¿No será que hay un exceso de divismo entre los distintos líderes? ¿No será que el principal partido de izquierda y que en sus siglas figura la “O” de obrero se mueve permanentemente en la ambigüedad?  No lo sé, pero intuyo que de todo un poco, así que, a poco que reflexiono me doy  cuenta de que todos estos factores dividen a la sociedad y, ya se sabe aquello de divides y vencerás. Y de ello se ha aprovechado históricamente la derecha, y de ello se va a aprovechar en estas elecciones andaluzas. Aglutinar el voto en base a una ideología es complejo, es mucho más fácil hacerlo mediante el chantaje, el miedo y sobre todo por el dinero.

No soy voy a negar los múltiples errores que los partidos políticos de izquierda han cometido, por supuesto que no. Es más, creo incluso que se debería pedir perdón por ellos, se hayan o no, cometidos intencionadamente. Pero aún así, no deberíamos permitir que estos errores, y nuestra ignorancia, la utilicen otros con malas artes, como armas de invasión social. No deberíamos permitir que por muchos errores cometidos estos sean punta de lanza que nos nuble el entendimiento y nos haga renunciar a aquello en lo que creemos, y por lo que debemos luchar. El que mantengamos nuestros derechos intactos y de los  que nos rodean, dependen en gran medida de pequeñas decisiones que no son más que grandes actos de coherencia.

Puede que algunos vean en estos párrafos un alegato a una supuesta superioridad moral de una izquierda comprometida con unos valores humanos y sociales incuestionables y que forman su ADN de manera inequívoca. No, cada cual tiene su propia ética y hace uso de ella de la manera que cree más conveniente. Yo, desde luego reivindico mi derecho, como el de todos, a decir lo que pienso; y creo que considerar que no estamos por la labor de luchar por una sociedad más justa e igualitaria, lo mismo tendría que revisar mis principios. Pero, no tengo otros. 

Lo que sí pretende este escrito es ser una llamada al sentido común, un SOS a una sociedad que se va a pique, un grito desesperado a hacer frente a ese nuevo caciquismo, que en nada se diferencia de los sufridos en nuestra tierra, y no hace mucho de esto. Lo que sí pretendo es concienciar, que no adoctrinar ni convencer, a que superemos de una vez por toda, aquella situación que se dio en nuestra tierra y que alguien definió muy sabiamente como "En mi hambre mando yo".

En estas elecciones nos jugamos el seguir adelante o el retroceder décadas en nuestros derechos . No, no soy catastrofista. Nos jugamos el tirar por la borda todas las mejoras sociales que con tanto esfuerzo consiguieron nuestros padres y abuelos. Nos jugamos el  que destrocen nuestro tejido del bienestar social –ya lo están haciendo con la sanidad pública, con la educación pública y con los servicios sociales básicos-. Pero…, de verdad que nadie se da cuenta de ello.

Si algo tengo es, muy buena memoria, y sé lo que pasé y pasamos tantas y tantas familias de marineros  aquí en Barbate. En este pueblo, nos costó la vida misma  salir de un infierno, que muchos se empeñaban en mantener calentito en su propio beneficio o en el de sus amos, y todo en connivencia con estamentos y autoridades a los que no voy a nombrar por no abrir heridas.

Yo, como muchos niños de mi época, fui humillado por caciques que luego intentaron buscar la redención en épocas de vacas flacas, y que ahora vuelven a encontrar el ecosistema adecuado para su resurgir como el ave Fénix.

No merece la pena extenderse rememorando un pasado, que, aunque no lejano, dejamos atrás gracias al esfuerzo y al sacrificio de nuestros abuelos, padres, políticos honrados, y sobre todo por el empuje de una clase trabajadora cada vez más concienciada con los derechos humanos y, que por tanto entendieron, que no hay nada por encima de la dignidad humana y que todos, vengamos de donde vengamos, creamos en lo que creamos, tengamos el color que tengamos y amemos a quien queramos… Todos, tenemos el mismo derecho y nada ni nadie puede adueñarse de este patrimonio que los es de la Humanidad y así lo consagra su carta magna (LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS). Así que entendido esto, repito alto y claro: Nadie está por encima de nadie, y debemos luchar para que cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo de nuestra vida sea un poquito mejor que el anterior. ¡JAMAS PERMITAMOS NI UN SOLO PASO ATRÁS, NI UN SOLO PASO QUE SUPONGA UN RETROCESO EN NUESTROS DERECHOS!

No me voy a extender en resaltar todas las mejoras alcanzadas en estos últimos años, a pesar de la pandemia y esta guerra en la que estamos involucrados hasta el cuello; mejoras que, a pesar de los obstáculos que han puesto los partidos de derecha  (han votado en contra de cualquier medida que beneficiaba al trabajador y al avance social), han salido adelante y que ahora enarbolan como triunfos propios. Esos partidos que blanden banderas que no son suyas, sino del conjunto de la sociedad, banderas de la hipocresía y de la mentira y, de la que son voceros determinados medios de información al servicio de los poderosos que solo buscan su enriquecimiento a costa de lo que sea.

 Así que, no permitamos que acaben con la Educación Pública, con la Sanidad Pública, con el cuidado de nuestros mayores, con las mejoras laborales y salariales, con las pensiones, y con todos aquellos logros sociales que costaron años y vidas conseguir y, de los que en mayor o menor medida todos nos beneficiamos, los primeros esos políticos de la derecha más rancia. Si no..., rebobinen y vean de nuevo.

El próximo día 19 nos jugamos mucho. Es importante que vayamos a votar informado, que no nos engañen, seamos críticos, leamos los programas electorales y que comparemos y después de todo, votemos convencidos de que nuestro voto puede servir para algo, cuanto menos para que nuestra conciencia no nos lo demande.




EL PROXIMO DÍA 19 NOS JUGAMOS MUCHO EN ANDALUCÍA. 

¡¡¡¡¡¡¡¡VOTA EN CONCIENCIA. VOTA POR LA DIGNIDAD!!!!!!!!!


Los españoles somos un pueblo que hacemos lo razonable cuando ya ha intentado todo lo demás.


Hasta luego y suerte.

Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)



 





Comentarios

francisco nadales ha dicho que…
Leido con tención una vez más tu artículo, te digo que estoy de acuerdo con tu punto de vista sobre algunas cosas pero quiero exponerte mi opinión de una forma gráfica: Imaginemos un punto fijo en el horizonte. Le vamos a llamar "Justicia". Después ponemos en movimiento a millones de personas tratando de llegar hasta ese punto. A unos, le decimos que como llegaremos más rápido es caminando por la izquierda y a otro grupo, le decimos que lo mejor y más rápido para llegar hasta ese lugar es caminar por la derecha. Por el camino algunos de un grupo y de otro, se dan cuenta de que ambos están persiguiendo lo mismo, llegar hasta ese punto de igualdad y justicia para todos.Unen su fuerzas, siguen cada cual el camino elegido pero se ayudan cuando alguien cae y cada vez se acercan más. Mientras desde la sombra, hay otro grupo que simula estar caminando al lado de ambos pero que es transportado a la espalda de los demás sin que tengan que hacer ningún esfuerzo. No quieren renunciar a esos privilegios conseguidos con la mentira de que es mejor ir por la izquierda o por la derecha. El punto sigue inamovible después de tantos siglos y lo justo sigue siendo neutro. No es de derechas ni de izquierdas.
Te pido perdón por lo extenso de mi comentario, pero no supe hacerlo de otra forma. Saludos amigo.