PRIMUM NIL NOCERE (PRIMUM NON NOCERE): LO PRIMERO ES NO HACER DAÑO. HIPÓCRATES
En la antigüedad existían los llamados divulgadores populares de rumores (en pleno auge del Imperio Romano, por ejemplo), y si ya en aquellos tiempos era de gran efectividad para quienes contrataban sus servicios, podemos imaginar lo que supone hoy día para determinados medios de “desinformación” la propagación de bulos y mentiras ante la total pasividad de la justicia, quien amparándose en una errónea interpretación del derecho a la información está consiguiendo prácticamente el efecto contrario. Juzgar este tema es asunto pantanoso, y en tanto que me considero lego en esta materia -por lo que cualquier desliz podría suponer un patinazo en el que seguro sí entraría de lleno la justicia-, mejor será correr un tupido velo sobre este tema; aún sabiendo que no se está siendo justo por muy legal que lo presenten.
Hoy día, que las fakes news son un cáncer con el que no tenemos más remedio que convivir en esta sociedad de la desinformación, es un hecho más que aceptado. Sin embargo contra este tipo de información tenemos a nuestro alcance el antídoto perfecto, el arma más poderosa: EL PENSAMIENTO CRÍTICO. Pero esto no es algo que nos venga dado por ciencia infusa, no, es algo que aprendemos leyendo, escuchando, viendo y razonando. En definitiva, entrenando nuestro intelecto.
Aunque parezca extraño, el término ”Pensamiento Crítico” no es nada nuevo. Ya lo usaban los grandes filósofos de la Grecia Clásica como Sócrates, Platón y Aristóteles entre otros. Sin embargo no fue hasta 1946 cuando se popularizó el término y debemos su paternidad, tal y como ahora lo conocemos a, Max Black, que lo utilizó como título de unos de sus libros de lógica.
A partir de aquí son muchas las definiciones, más o menos acertadas o más o menos acorde con los nuevos tiempos que corren, sin embargo, a mí, particularmente me gusta una que allá por 1605 formuló Francis Bacon -no confundir con el pintor ni con Paco Tocino- en los siguientes términos: "El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura".
Así que seamos críticos y no nos creamos todo lo que nos digan, veamos o leamos, porque ya lo decía el refrán: “Ni son todos los que están ni están todos los que son”.
Posiblemente no sean muchos los que estén familiarizado con el término bandwagon, yo debo confesar que tampoco, hasta que hace unos meses me dio por investigar sobre las Fakes News y los bulos que se vierten, cada vez con más frecuencia, a través de las redes sociales y otros medios de comunicación con la finalidad última de aborregarnos, en el sentido más amplio del término. Una sociedad aborregada, no nos engañemos, es una sociedad a la que se puede manipular fácilmente, y a fe que, personas e instituciones muy interesadas lo están consiguiendo.
El efecto bandwagon hace referencia a una teoría psicológica, según la cual los individuos asumen conductas e ideas por el mero hecho de que una gran mayoría lo hacen, sin cuestionarse nada y sin analizar previamente nada. Como no podía ser de otra manera, vuelvo, a aún a riesgo de ser reiterativo, a aconsejar el uso del PENSAMIENTO CRÍTICO, como el antídoto perfecto y método más eficaz para combatir la desinformación.
No olvidemos nunca que: “Unos están por poco y otros por poco no están”.
En lo que sí estamos inmersos es en la vorágine propia de cualquier periodo electoral. Durante el mismo, los usuarios de las redes sociales hacemos un mayor uso de las mismas, fundamentalmente para informarnos -las redes sociales es el método alternativo preferido en la búsqueda de información-, sin embargo, no sólo nos informamos, también damos nuestra opinión y compartimos otras de manera, yo diría que, casi compulsiva. Este uso indiscriminado de las redes, sin sopesar los prejuicios que vertimos y los perjuicios que ocasionamos, es lo que debemos hacernos mirar, porque es peligroso no sólo para el emisor de los mensajes -cómplices de las mentiras-, sino para los receptores, que es mucho más grave. Ojo, que podemos hacer mucho daño, unos de forma inconsciente, pero la gran mayoría de forma totalmente perversa y buscando fines ilegítimos, fraudulentos y adulterados.
Es en este masivo e irracional uso de las redes sociales donde las noticias falsas, los bulos o simplemente las mentiras -por muy burdas que sean- encuentran su hábitat natural, su caldo primigenio. Sin saberlo -¿?-, el usuario puede estar dando pábulo a esos bots, que con sus complejos algoritmos matemáticos le están llevando allí donde quieren. En sus entrañas estos programas informáticos, a modo del ser humano, efectúan de forma reiterada farragosas y tediosas tareas de las que libran al usuario, para ineludiblemente dirigirlo hacia la realización de acciones perfectamente estudiadas; porque, no seamos necios, quienes se juegan su estatus y primacía de poder no deja nada al azar.
Para conocer un poco más sobre los bots y saber cómo actúan - Bot es la abreviatura de “robot” y su uso en informática se ha generalizado dada su capacidad de hacer muchísimas más acciones rutinarias que cualquier ser humano en el mismo tiempo, por tanto liberan a éste de multitud de tareas tediosas y cansinas-, no estaría de más dejar por sentado algunas premisas:
Las noticias falsas calan en el inconsciente colectivo muchísimo más que las verdaderas, por tanto enganchan más.
Las Fakes News, bulos y mentiras que se vierten en las redes, generan muchísimas más interacciones que las verdaderas lo que hace que se compartan con mayor frecuencia y con mayor rapidez. Algunos estudios afirman que el aumento de la velocidad de propagación de las noticias falsas es de carácter exponencial, por lo que el llegar a más gente en menos tiempo es un factor que tiene asegurado.
Las falsas noticias, ya sea por morbo, desconocimiento u otros factores interesados, se comparten mucho más fácilmente que las verdaderas, así que son mucho más virales en menos tiempos, es decir, “las mejores mentiras viajan mucho más veloces que las mejores verdades”
Para terminar sólo un breve apunte: “hay estudios que afirman que una falsedad política llega a 10.000 personas 3 veces más deprisa que una verdad”
Conclusión: cuidémonos, en la medida de nuestras posibilidades, de las falsas noticias, bulos y mentiras y ante la duda, apliquemos el antídoto perfecto y tantas veces recomendado desde aquí: PENSAMIENTO CRÍTICO, ADEREZADO CON CIERTO GRADO DE HONESTIDAD INTELECTUAL.
El cuestionarlo todo, incluso nuestras propias creencias, es un método de higiene intelectual y democrática que deberíamos poner en práctica más a menudo en el día a día. Nos puede ayudar en ello, nuestro nivel de curiosidad y una buena dosis de escepticismo con todo aquello con lo que creemos sentirnos identificados. Paco Gil.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Hasta luego y suerte
Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)
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