CURIOSIDADES CIENTÍFICAS: HORMIGAS Y CIGARRAS

 



Cuántas veces no nos habremos preguntado por nuestros orígenes y por nuestra presencia aquí y ahora. Muchas, ¿verdad? Ya lo creo. Sin profundizar mucho en ello, ya que son preguntas que trasciende el plano de mi intención final, sin embargo, no por ello dejo de cuestionarme mi condición de humano, porque eso es lo que somos, seres humanos y por tanto diminutas piezas de un mecanismo universal del que la ciencia, ni la filosofía y ni mucho menos las religiones tienen la más mínima idea de su complejidad.

Pienso, sin ni tan siquiera saber que existo, en nuestra trascendencia del plano meramente humano, y sólo creo en el aspecto mecanicista del Universo y por tanto en mi, en el ser humano como un simple engranaje de este reloj universal, en el que algunos sólo dan la hora exacta dos veces al día, y es más que suficiente para mantener el equilibrio necesario para que todo funcione, porque esa es su misión, que todo fluya. Somos un simple parámetro de esa gran ecuación por la que todo se rige, esa partícula que es, sin estar o está sin ser, somos el punto clave del estudio de la física de partículas, de la quántica, en quien los científicos tienen más que sobradas razones para estudiar y encontrar soluciones que  a su vez creará nuevos problemas. Así que sin caer en la paranoia del “divino pensante”, nuestra tabla de salvación estará en la aceptación de lo que somos, en aceptar nuestra identidad cuanto antes, somos lo que somos y no lo que creemos ser.

No es mi intención que todo lo dicho aquí, entre en fragante contradicción con esa maravillosa faceta que tiene el ser humano como creador y ni mucho menos es mi deseo entrar en una discusión sin fin con quienes practican tal o cual religión, no, nada más lejos de la realidad, simplemente porque soy muy respetuoso con todos y además me declaro un fiel admirador del que tiene fe, aunque sea un concepto que yo no comparto. Sin que sirva de precedente, cuando tengo que definirme siempre digo lo mismo; “Soy una persona a la que le gustaría tener los argumentos necesarios para poder tener fe”. Pero aún no los he encontrado. Cuando hablando con un amigo mío (muy creyente) sobre la grandiosidad del ser humano como creador, éste me preguntaba si yo ponía en el mismo plano a Dios y al Hombre, yo lógicamente le respondía que no, que simplemente los ponía frente a frente en el mismo espejo.

Con este preámbulo , al que algunos le ha podido parecer tedioso o pretencioso, sólo he querido intentar hacer comprender a dónde he querido llegar; centrarme en algunos descubrimientos y curiosidades científicos a los que ha llegado el ser humano, lo que es una muestra de lo maravilloso que podemos llegar a ser, de lo que somos cuando nos afanamos en ello.

Más de un lector encontrará en el autor de esta introducción la personificación de una  paradoja latente, a una pura contradicción. No os preocupéis, habéis acertado, soy una paradoja constante y una contradicción andante, así que para qué engañarnos, estamos de acuerdo en algo.

DOS CURIOSIDADES MATEMÁTICAS DE LA NATURALEZA.

LAS HORMIGAS.  Estos insectos sociales por excelencia, evolucionaron de forma semejante a como lo hicieron las avispas allá por el Cretácico, hace aproximadamente 150.000.000 millones de años.


Son muchos los estudios que sobre estos animales se han hecho y abarcan multitud de facetas de los mismos. Aquí nos vamos a centrar en un tipo especial de hormiga, la hormiga del desierto del Sáhara, Cataglyphis fortis, que es capaz de atravesar enormes extensiones de terreno arenoso en busca de alimentos, sin perderse aún sin contar con ningún punto de referencia. Prestigiosos entomólogos han estudiado este sorprendente fenómeno, y tras muchos años de investigación han llegado a la conclusión de que estas hormigas no sólo han desarrollado un portentoso sentido de la orientación gracias a la luz, sino que además han desarrollado una especie de ordenador un le permite, mediante un complicado algoritmo, contar los pasos y almacenarlos, que dan en una dirección y luego revertirlo para encontrar el camino de vuelta ayudado por un complicado sistema de proyección horizontal del terreno por el que se mueve.

Para llevar a cabo los experimentos que le permitieron sacar estas conclusiones amputaron parcialmente las patatas de las hormigas en algunas ocasiones y en otras se las modificaron construyéndoles una especie de zancos.

NÚMEROS PRIMOS GENERADOS POR CIGARRAS.

Estudios científicos más que acreditados afirman que los insectos alados evolucionaron hace como unos 18.000.000 de años, allá por el pleistoceno.

Estos pequeños animalillos jamás dejarán de sorprendernos, y entre sorpresa y sorpresa nos dan continuamente no sólo una lección de convivencia y sociabilidad, sino de supervivencia; sin embargo, el ser humano como siempre ajeno a estas lecciones y así nos va. Si prestáramos un mínimo de atención a estas clases magistrales que nos dan a diario nuestros vecinos probablemente nos iría mucho mejor, mal que a algunos le pesen.

Pues bien como iba diciendo, entre las cigarras existe una del género Magicicada, que pasan la mayor parte de su vida bajo tierra, literalmente enterradas, alimentándose del jugo de raíces antes de ver la luz del sol, darse un corto paseo y morir. Pero no es esto lo sorprendente, que ya lo es de por sí. Estos insectos salen a la luz al cabo de un ciclo periódico que suele ser de 13 a 17 años: dos números primos.

En la primavera de su decimotercer o decimoséptimo año de estar enterradas salen de su entierro. Es común que en tan sólo media hectárea de terreno entre 1.000.000 y 15.000.000 emerjan. Esto obedece a una simple lucha por la supervivencia ya que les permite abrumar a sus depredadores naturales, por ejemplo pájaros, que son incapaces de comérselas todas.

Aunque queda mucho por investigar, y más aún por descubrir, algunos científicos creen que la razón de este comportamiento estaría en que de esta forma las cigarras tienen más posibilidades de escapar de los predadores y parásitos, cuya vida es más corta. Así por ejemplo, si sus ciclos vitales fueran de 12 años, los predadores con ciclos de 2, 3, 4 o 6 años lo tendrían más fácil para encontrar a los insectos..

A estas alturas, a nadie se le escapa que esta es una teoría no exenta de preguntas como consecuencia de la inconsistencia y múltiples cabos sueltos. Efectivamente quedan muchas cuestiones que resolver. ¿Qué tienen de especial el número 13 y el 17? ¿Qué predadores y parásitos han sido los que han llevado a las cigarras a ceñirse a estos periodos? ¿Por qué entre los miles de especies de cigarras, sólo las del género Magicicada se sabe que cumplen con esta periodicidad?

Nuestra historia e identidad, lo que somos, no se resume en una suma de datos. Se encuentra especialmente en la historia perdida, en esas palabras que sí existieron, pero de las que nadie habla. Las madres, de Carmen Mola

No buscamos respuestas, buscamos soluciones a nuestros problemas. Impostores, de Robin Cook.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

El Libro de las Matemáticas. De Clifford A. Pickover

Imágenes extraídas del mismo libro 


Hasta luego y suerte


Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)






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