Son esas horas de la noche, esos momentos en los que el cuerpo te pide descansar pero los duendes se revelan y brincan con ese frenesí del que sólo ellos son capaces. Es su propia feria de las vanidades, y en la que tú, no quieres estar invitado.
Solo, frente a una pantalla de ordenador, que ilumina la pequeña estancia en la que me he recluido sin saber por qué ni para qué. ¿He dicho solo? No es verdad, conmigo, con quien mejor me encuentro, con la pareja de baile perfecta para unirme a la danza de las musas que revolotean a mi alrededor . Con aquél que, aunque no me comprenda ni me exima de mis miserias, tampoco me juzga con la severidad que puedan hacerlo otros y que al final siempre encuentra la excusa perfecta para convencerme de que todo podría haber sido peor. Mañana será otro día y lo mismo también he mejorado en algo. Paciencia.
En este momento en que como una bandada de estorninos dibujando perfectas formas geométricas, cientos de ideas se me agolpan, aparece como por arte de magia ese filtro que hace que esa vorágine se vaya poco a poco desvaneciendo y sólo una ocupe mi cabeza: el nuevo curso escolar.
Durante muchos años me he dedicado a la enseñanza con más o menos fortuna, con más o menos aciertos, pero hay algo de lo que especialmente me siento orgulloso, creo haberlo dado todo, lo mejor de mí, sin escatimar esfuerzo alguno. Me siento orgulloso de haber intentado ayudar a cientos de alumnos y alumnas, a los que espero no haberles cerrado nunca ninguna puerta que le permitiera entrar en el mundo laboral o al menos haberles dejado abierto una pequeña rendija por la que asomar la cabeza y ver que podemos ser buenas personas sin ningún tipo de esfuerzo. Qué, aunque el mundo es muy complicado, la vida no lo es tanto si somos capaces de aprender mínimamente esos conceptos básicos para desenvolvernos sin hacer daño a nadie. Pero cuidado, debemos estar siempre ojo avizor porque siempre habrá quienes intenten complicarnos la existencia. Huid de ellos porque no os hará ningún bien, así que no merecerá la pena que les dediquéis ni un solo momento de vuestras vidas.
Estas fechas siempre son importantes para mi. Pero desde hace unos años han adquirido especial relevancia, un significado diferente si se quiere.
Tengo tres revoltillos que van a la escuela: Una princesa preciosa (la niña de mis ojos) de piel de aceituna dorada por el sol y ojos de miel; este curso terminará la Educación Primaria; yo que creía que eso de crecer se daba en otras, me he dado cuenta que no es así, que se está convirtiendo en una maravillosa jovencita. Tras ella viene mi persona favorita, y que, aunque muchos no me crean soy yo de niño, se nos ha hecho mayor y ya va a hacer Segundo de Eduación Primaria. ¡Cómo me gusta achucharlo Dios mío! Es un peluche. Luego tengo a mi superhéroe favorito, puro nervio y amor. Posee unas cualidades difíciles de encontrar en niños de su edad. Cuando le pido un beso me pregunta ¿por qué? Y yo no sé qué responderle, me desarma. Me llama Paco y a mi me encanta, me derrito. Por cierto este próximo año cursará el segundo año de Educación Infantil. Ya es un hombrecito sin duda alguna.
A los maestros que les toque en suerte, desearles todo lo mejor aún sabiendo que lo darán todo. Eso sí, por favor, cuidarme a estas tres personitas porque es lo mejor que me ha pasado en la vida. La diosa Fortuna se ha esmerado mucho conmigo sin que haya hecho nada especial para merecerlo.
A mis tres chiquititos, desearles suerte, mucha suerte y que, sin escatimar esfuerzo, se diviertan, porque sin duda es la mejor forma de aprender y descubrir cómo ante ellos se abre un mundo de infinitas posibilidades para las que deben estar preparados.
A los padres, ¿Qué deciros que no sepáis? Os ha tocado vivir una época apasionante, llena de retos y por qué no decirlo, también llena de escabrosos repechos y alucinantes bajadas; sin embargo formáis parte de una generación presta a hacer frente a cualquier dificultad, y las que se os presenta no es algo menor. Mucha suerte y, porque os conozco sé, que vuestra dedicación y esfuerzo sólo conoce un límite, el agotamiento físico y mental. Pero me consta que como los mejores corredores de fondo, siempre habéis resistido hasta el final; La meta la tenéis entre ceja y ceja y la recompensa merece la pena. El premio es esa sonrisa que tantas veces he visto en vuestros rostros y de la que con toda probabilidad nos sois consciente. El trofeo final son ellos, vuestros hijos, esos pequeños ladrillos con los que podemos ayudar a construir una sociedad más feliz y justa. Porque es de lo que se trata, ¿no?
También este año adquiere un significado especial, porque un buen profesor y mejor persona se ha afiliado al club de los jubilados. Me consta que su dedicación ha sido plena, eso lo canta su cara, su actitud ante la vida y sus alumnos. Además es mi amigo. Gracias Manolo porque eres un "crack". Bueno, la verdad es que no sé si leerás este pequeño artículo, pero es igual, sigue siendo mi amigo.
No, no me olvido de los docentes en general. Para mí, la joya de la corona. Sé que pasáis por momentos muy complicados, pero también sé que poseéis los recursos necesarios para solventar cualquier dificultad; estáis hecho de otra madera. Me consta que a lo largo de todo un curso escolar se cae en la euforia, en el desánimo, y en ocasiones en la frustración, pero nunca en la apatía, porque esa palabra no está en vuestro diccionario. Mucha suerte amigos y amigas, el reto que tenéis delante, como cada año, es alucinante.
Y ahora toca despedirme, espero no haber resultado demasiado cansino, deseando a toda la Comunidad Educativa un bonito curso, que cuando volvamos a vernos, en las próximas vacaciones de verano, ya sea en la playa, en la montaña o en casa, podamos hacerlo con ese suspiro de alivio tan necesario.
No echaremos de menos las historias de otros cuando tengamos la nuestra propia. Recordad que todos podemos ser lo que queramos ser sin asumir el rol de nadie. ¿?
Hasta luego y suerte
Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate).
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Gracias por los servicios prestados. La mayor recompensa profesional, es el agradecimiento de aquellos a los que servimos.