Mi idea de un buen gobierno y otras cuestiones

 


Para alguien que,  como yo, hizo ejercicios espirituales y utilizó una vietnamita, en este orden, la situación que vivimos no me pilla de sorpresa porque simplemente tengo, y no es modestia como podéis intuir, una gran capacidad para  adaptarme a cualquier avance técnico y social, sin excusa ninguna y muchísimo menos la de la edad.

Vaya por delante mi nula vocación de abogado del diablo ni mucho menos de las  causas perdidas. Sin embargo, a quienes atenten contra el débil le dejo un aviso a navegantes: “Siempre me tendrá enfrente”. Pero no nos confundamos, no tengo alma de mártir, pero sí conciencia, no sé si humana o no, pero dejémoslo ahí..

Observo cómo en ciertos sectores políticos de esta España que nos alumbra - según parece a unos más que a otros-, el anteponer la amenaza a los argumentos y la violencia  a los principios hacen que sus bajas pasiones atenacen su ya paupérrima capacidad de razonamiento. No son capaces de darse cuenta que esa ofuscación con la que actúan, al mismo tiempo los coaccionan y les hacen ser esclavos de su propia irracionalidad y en ocasiones de su propia maldad. Al hilo de esta reflexión me viene a la mente una sentencia de Sócrates que dice: "El odio es una injusticia que cometemos contra nosotros mismos, y a menudo también contra quienes odiamos

Ojalá tuviera la clarividencia del adivino, el temple del estoico o la inteligencia política de Maquiavelo. Pero lo mío es muy simple, es de Tercer Álvarez -un recuerdo a los neandertales como yo-. Mi idea de un buen gobierno puedo resumirlo en cinco puntos, justos los necesarios para no pasarme de listillo. Luego que cada cual saque sus propias conclusiones, porque seguro que los mejoramos entre todos.

PRIMERO.- El gobierno debe anteponer su política de Estado a las de mediocres y políticos ultras, y por supuesto a los grandes lobby y avaras empresas con sus indecentes beneficios y por supuesto a las multinacionales clericales.

SEGUNDO,- Priorizar el individuo al gobierno.

TERCERO.- Anteponer el Medio Ambiente a los dos puntos anteriores, ya que en caso contrario todo lo anterior dejaría de tener sentido.

CUARTO.- Intentar paliar las necesidades individuales y colectivas de quienes más lo necesiten. Una política social avanzada es aquella que trata con justicia las diferencias individuales.

QUINTO.- No fomentar la intolerancia, muy al contrario. Dar un breve repaso a una asignatura de bachillerato llamada Filosofía y leer algo sobre los grandes pensadores clásicos y actuales, siempre nos aportará otro punto de vista, -los estoicos por ejemplo-. Aquello de “muera la inteligencia” aún está muy presente en ciertos sectores sociales y desafortunadamente en muchos de nuestros líderes políticos.

Darle sentido, con sólo aplicar el espíritu de ese documento, tan manoseado como prostituido y mal utilizado cuando conviene: LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. Al que reiteradamente menciono y no me cansaré de hacerlo.

Antes de finalizar me gustaría hacer una breve reflexión sobre quienes bajo la sombra culpabilizadora de otros, intentan a toda costa manejar la complicada situación actual de forma fraudulenta y obscena; harán lo posible para ocultar sus maliciosas intenciones y lo más probable es que le funcionen, ocultos bajo los nombres de montones de individuos, grupos de presión y corporaciones. O alguien, probablemente ajeno a este escenario, aparecerá como el mayor benefactor; pero no será cierto, será el hombre de paja o el tonto útil, pero cuidado, porque el peligro radica en que no seamos capaces de desenmascararlo a tiempo, que suele pasar y la historia está llena de estos oscuros y perversos personajes.

Acabo con una simple anécdota. Mientras escribía estas pocas líneas, recordé que esta misma mañana había oído la palabra  CARIDAD entre dos personas y  no sé en qué contexto, sin embargo hasta cierto punto me enervó, y sinceramente no sé por qué me afectó tanto, pero es que su connotación primaria, no me gusta, no me gusta esa referencia a la lástima que se siente por alguien cuando se carece de argumentos para justificar lo injustificable. No, no me gusta la palabra caridad, prefiero el concepto de JUSTICIA SOCIAL. ¡Ah!, y vaya por delante que si me dan a elegir entre oveja y pastor, indudablemente elegiría lo segundo.




En algún momento comprenderemos que el pasado puede volver y nos joderá vivo. ¿?

Suerte y hasta luego.

Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)





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