Responsabilidad de los medios de información en la educación

 

Afirmar que los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la educación de la opinión pública no es nada que nos pille de sorpresa. Sociólogos y profundos conocedores de esta materia coinciden en el principio de que una democracia saludable requiere de una opinión pública bien informada. Así que la ineludible responsabilidad de quienes tienen que ser garante de este derecho no pueden dejar el mínimo resquicio a la duda o mala interpretación. Sin embargo, no nos engañemos, desde que se inventó la imprenta, la voz de ésta es la de sus dueños -frase muy usada en la literatura de la información-. Las empresas de comunicación están, no sólo sujeta  a las fluctuaciones del mercado, sino que en ocasiones utilizan la información para otros fines, en ocasiones perversos o ilegítimos, lo que motiva que la gente, cada vez más, la tomen con cierta cautela, escepticismo e incluso con rechazo y repugnancia. Si hubo un tiempo en que la lectura nos hacía libres, en esta sociedad de la hiperinformación, la lectura de ciertos medios de comunicación no sólo nos esclaviza sino que nos corrompe. Paradójicamente aquello que más debería unirnos en esta sociedad globalizada, es lo que más nos separa de nuestro entorno más cercano, lo que nos hace más “yo” y menos “nosotros”.

Aún hay nostálgicos que, como yo, pensamos que la información es un derecho humano reconocido en la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANO, manual imprescindible y al que me asomo con recurrencia. 

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, lo que implica el derecho a no ser molestado por sus opiniones y por buscar, recibir y propagar, sin consideración de fronteras, informaciones y opiniones por cualquier medio de expresión”.

Es verdad, que Internet ha hecho más accesible los conocimiento, sin embargo no es menos cierto que ha facilitado la posibilidad de que cualquier usuario pueda compartir rumores, contenidos sin contrastar o burdas mentiras sabiendo que lo son. A esto precisamente es a lo que me refería cuando antes hacía referencia a la corrupción, de la que intentan hacer cómplice a la opinión pública. Esto no es información, es una interpretación malévola y perversa de una realidad inventada en beneficio de espúreos sicarios de la información. Es una manipulación infame del individuo y la sociedad.

El hecho de que estemos inmersos en una sociedad globalizada, en algo que antaño se dio en llamar Aldea Global, con motivo del espectacular avance de los medios de comunicación y en especial de las redes sociales, ha hecho que el fin original para los que fueron creados los medios de información se haya desvirtuado por cuanto su amplitud abarca otras muchas funciones y no todas dentro del marco ético deseado.

En la mente de todos están las muchas funciones que deben cumplir los medios de comunicación: la información propiamente dicha y objetiva dentro de las posibilidades del comunicador, el entretenimiento, la persuasión, orientación y hasta en la formación de opinión. No obstante me voy a ceñir a una, que debería ser, siempre bajo mi prisma, la más importante: la educación.

Con la aparición de la imprenta se produce un empuje brutal en la distribución de libros y en el proceso de la democratización de la cultura. El acceso a los libros es más fácil y por tanto el conocimiento no es sólo propiedad de la nobleza y de las órdenes religiosas. La cultura escrita atraviesa las paredes de conventos y cenobios para darse de bruces con el populacho, ya no les pertenece en exclusiva a ellos. La universalización de la cultura encuentra sus puertas abiertas a través del comercio de libros - en ocasiones de libros prohibidos- y la expansión de la universidades. Surge como fenómeno inédito, los libros de textos y didácticos lo que facilitó aún más la expansión y difusión del conocimiento humano. 

Con el paso de los años, echamos de menos esta función primordial, aunque también son muchos los que luchan, por su continuidad, porque permanezca, incluso sustentándose, por supuesto, en el avance de la tecnología y masificación de internet.

La explosión de las nuevas tecnologías, con la irrupción de internet a tantos y tantos hogares,  y por tanto a millones de usuarios, posibilitan que estos puedan:

* Obtener información de todo tipo.

* Complementar y contrastar ideas.

* Aportar a la comunidad, subiendo artículos o textos para que otros puedan acceder a ellos, permitiendo una especie de red solidaria social educativa.

Dentro de esta función educativa, los medios de comunicación masiva -prensa escrita, radio, televisión, redes sociales e internet- ,deberían recoger y transmitir los valores culturales de las distintas generaciones, pues esta es la única forma de que la comunidad se conozca así misma, asuma sus raíces, su pasado, sepa de sus orígenes, reconozca su identidad y se proyecte al futuro. En este sentido sería muy conveniente el fomento de programas de carácter científicos y divulgativos del tipo: flora, fauna, cine arte y cultura en general de un país. 

Desde aquí abogo e invito a reflexionar sobre los tipos de información que consumimos, y hagamos una pequeña, pero no por eso menos importante, revolución intelectual para que huyamos de las noticias sensacionalistas, amarillistas y rosa y nos centremos más en lo que realmente es importante, en lo que es verdad, entendiendo por verdad, a aquello que aquieta una inquietud (frase atribuida a José Ortega y Gasset).

Empezar un libro es como subirse a un tren que te lleva de vacaciones. (La bibliotecaria de Auschwitz. De Antonio Iturbe)

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

www.https://formados.bilib.es

Hasta luego y suerte.

Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)



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