Déjame que te cuente un cuento



Nada más bonito que acabar el año, siempre intento hacerlo, que con un hermoso cuento, una bonita fábula con una bella moraleja: podemos superar cualquier dificultad si tenemos determinación e incluso podemos convertir algo que creemos nuestro defecto en nuestra principal ventaja.

EL RENO RODOLFO Y SU NARIZ ROJA

Érase una vez un reno llamado Rodolfo que, por haber nacido con una curiosa y peculiar nariz roja, grande y brillante, caminaba solitario por el mundo. Los demás renos se burlaban de Rodolfo todo el tiempo, con frases como 'pareces un payaso', 'tienes una manzana en la nariz'… Rodolfo se sentía muy avergonzado y cada día se alejaba más de la gente. Su familia sentía mucha pena por él.

Las bromas sobre la nariz de Rodolfo eran tan molestas y constantes que Rudolfo acabó apartándose de todos. Vivía triste, encerrado en su casa, sumamente deprimido. Con el apoyo de sus padres, Rodolfo decidió abandonar el pueblo donde vivía y empezó a caminar sin rumbo durante días, meses, años...


Se acercaba la Navidad y Rodolfo seguía solo por su camino. Pero una noche, en víspera navideña, en que las estrellas brillaban más que en otros días en el cielo, Papá Noel preparaba su trineo, como todos los años. Contaba y alineaba los ocho renos que tirarían de su trineo para llevar regalos a todos los niños del mundo. Santa Claus ya tenía todo preparado cuando de repente una enorme y espesa niebla cubrió toda la tierra.

Desorientado y asustado, Papá Noel se preguntaba cómo lograrían volar el trineo si no conseguían ver nada. ¿Cómo encontrarían las chimeneas?, ¿Dónde dejarían los regalos? A lo lejos, Santa Claus vio una luz roja y brillante y empezó a seguirla con su trineo y renos. No conseguía saber de qué se trataba, pero a medida que se acercaban, se llevarían una enorme sorpresa. ¡Era el reno Rodolfo!

Sorprendido y feliz, Papá Noel pidió a Rodolfo que tirara él también de su trineo. El reno no podía creérselo. Lo aceptó enseguida y con su nariz iluminaba y guiaba a Santa por todas las casas con niños del mundo.

Y fue así como Papá Noel consiguió entregar todos los regalos en la noche de Navidad, gracias al esfuerzo y la colaboración del reno Rodolfo. Sin su nariz roja, los niños estarían sin regalos hasta hoy. Rodolfo se convirtió en el reno más querido y más admirado por todos. ¡Un verdadero héroe!

Normalmente lo importante suele pasar ante nuestros ojos de incógnito. Prestemos atención, porque cualquier instante puede ser crucial. ¿? 

El autor de este cuento es May, Robert L., y para conocer un poco más sobre él y como se fraguó, os invito a a que visitéis la página: "YA ESTÁ EL LISTO QUE TODO LO SABE" de Alfred López.

Sería atribuirme un mérito que no merezco -al Cesar lo que es del Cesar-, si no mencionara la inestimable colaboración de Rosita Pérez Rodríguez y la de mi superhéroe favorito Marco Gil Pérez. La primera por haberse devanado -me consta que durante bastantes momentos-, esa cabecita para buscar entre sus muchos libros infantiles este cuento, uno,  con los que hace que cada noche de Marco sea mágica: una fábrica de ilusiones, que aún despierto vive y recrea con esa intensidad de la que él solo es capaz. Y que decir de la felicitación navideña, genial, ¿VERDAD? Pues eso, hay preguntas que simplemente se deben quedar en eso,  en preguntas. ¿Para qué contestarlas? Se contestan solas.

Espero que lo hayáis disfrutado. 

Suerte y mucha, mucha salud. Feliz Navidad y un 2024, a poder ser algo mejor que 2023.

Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate)


Trabajo de Marco Gil Pérez 

Nota. La imagen de la cabecera ha sido extraída de Internet.





Comentarios

francisco nadales ha dicho que…
Siempre hemos estimado la narrativa de los cuentos como una literatura menor. Es un grán error. En estos pequeños libritos, se encierran grandes mensajes que nos hacen pensar en la grandeza de las pequeñas cosas.
Saludos.