Inteligencia Artificial, Test de Turing y ChatGPT

 


¿Realmente una computadora puede pensar como un ser humano?

Pregunta compleja que dejo en el aire por una simple y sencilla razón: ¿sabemos cómo piensa el ser humano?

Hasta hace muy poco el test de Turing parecía la forma más fiable de responder a esta cuestión, o de cuanto menos verificar si una máquina puede llegar a calificarse de inteligente. Sin embargo retrotrayéndonos en el tiempo, cuando Turing formuló su, llamémosla, teoría, allá por la segunda mitad del siglo XX, estábamos en los albores de la informática y por tanto es tanto como hablar del paleolítico del desarrollo tecnológico actual, de las nuevas tecnologías que han dado lugar al desarrollo vertiginoso de la robótica y la Inteligencia Artificial (IA).

Decía el científico y gurú del desarrollo de la informática Michio Kaku, en la década de los años 90 del siglo pasado: «Si partimos de la base que: materia, vida y mente forman los tres pilares de la ciencia moderna, no es difícil imaginar que el siglo XX será recordado con toda probabilidad por lograr desentrañar los componentes básicos que subyacen en estos tres pilares».

Fueron estas revoluciones (revolución cuántica, revolución molecular y la revolución informática) las que realmente se iniciaron el siglo pasado y que tuvieron y tienen una increíble proyección en este siglo XXI que nos ha tocado vivir.

Como en muchas ocasiones he matizado, no es objetivo de este escueto artículo, ni mucho menos, el desarrollo de estas tres grandes revoluciones, sería muy osado por mi parte si pretendiera hacerlo. Sin embargo, lo que me trae aquí no es más que una invitación al lector a curiosear en esto de la IA, y para ello no hay otra opción que asomarnos aunque sólo sea de refilón al desarrollo de la informática.

Así que sin más preámbulos ni dilaciones entramos en materia.

¿Qué es la IA?

Aunque ya de serie todos llevamos interiorizado -por las películas de ciencia ficción- la relación de este concepto con el de robot bueno o robot malo, nada más lejos de la realidad. Así que, desde ya, desterramos esta fijación que tanto daño puede hacernos a alcanzar la verdadera magnitud de lo que intentamos tratar. 

La IA, en realidad es sólo -y nada menos- un sistema con la capacidad de aprender. Es decir, un sistema inteligente que, a diferencia del programado, es aquel en el que no programamos o hacemos el algoritmo diciéndole qué es lo que debe hacer, sino que lo programamos para que aprenda sobre nosotros. Un ejemplo muy simple y muy al alcance de todos lo tenemos en la red social Facebook. Cada vez que damos un “me gusta”, se pone en marcha un algoritmo de IA que va a hacer que cada vez entremos en esta aplicación sean más abundantes y frecuentes las noticias relacionadas con esos “me gustas” que hemos dado. Por tanto mucho cuidado a qué y a quién le damos "me gusta", porque te marcarán quieras o no.

Así que definiendo muy escuetamente el concepto de IA, podemos decir que es cualquier programa o algoritmo que pueda aprender y que a diferencia del tradicional, que está programado para hacer una o varias cosas, éste está programado para aprender a hacer cosas.

Como en su momento ocurrió con Internet, la IA ha llegado para quedarse, lo que sugiere que aquellas personas que no sepan qué es la IA tiene la casi "obligación" de aprender a manejar la herramienta o, por lo menos de conocer de qué va.

De las herramientas más conocidas de la IA está el ChatGPT, que la hace muy útil por su versatilidad, sencillez y precisión. 

Aunque es un concepto en continuo desarrollo y por tanto tiene ante sí un campo de mejora casi infinito -que por otro lado da miedo-, no se le puede negar su ayuda en la consecución de objetivos que, aunque no nos haga profesionales de nada a nadie, sin embargo ayuda, y mucho. Por ejemplo: para tratar cuestiones de estrategias comerciales, para desarrollar temas en los que no somos precisamente unos eruditos, creación de imágenes, logos, pinturas, etc., resolver casos relacionados con la medicina, psicología, matemáticas y cualquier otra ciencia…

Como vemos las aplicaciones pueden ser si no infinitas, se asemeja bastante. Todo se andará.

No hace mucho, se ha sabido que el ChatGPT ha pasado el test de Turing lo que es una muy buena noticia y nos hace volver un poco al inicio de este documento cuando, hablaba de este genio de las matemáticas al que  en su día dediqué un Post y un Podcast con el título “Alan Turing, la mente y la máquina” y que desde este enlace os invito a visitar.

No obstante y para ponernos un poco en contexto detallaré algunos de los aspectos que conforman parte de su biografía, así como del test que lleva su nombre.

Es indudable el aporte de Alan Turing a las matemáticas y a la informática, pero esto se vio, hasta no hace mucho, empañada por la actitud hipócrita y puritana de una sociedad anclada en las más rancias normas victorianas aún imperantes en el pueblo británico. Turing era homosexual, y fue está condición lo que a la larga lo condujo a la muerte, al suicidio. Tras haberse sometido a una terapia de estrógenos mejor que a dos años de prisión y al descrédito personal y profesional. Con este acto, prefirió renunciar a sus deseos emocionales antes que a su desarrollo intelectual. Pero la elección tampoco fue demasiado buena. La terapia a la que se sometió lo dejó impotente (es lo que pretendían) y le abocó a una profunda depresión. En cierta ocasión, Alan comentó a un amigo: «¡Me están creciendo los pechos». A otro le escribió  una carta en la que formulaba la paradoja del mentiroso aplicada a sí mismo:

* Turing cree que las máquinas piensan,

* Turing se acuesta con hombres,

* por tanto las máquinas no piensan.

Turing se suicidó en 1954

El test de Turing

Es una prueba elaborada por él en 1950 y que pretende evaluar la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente equivalente o distinguible del de un ser humano.

La prueba se centra en la capacidad de una máquina para mantener una conversación escrita con un humano, de manera que el humano no pueda determinar si está interactuando con otra persona o con una máquina. El humano sería algo así como un juez y hace preguntas por escrito a dos participantes, uno será otro humano y el segundo una máquina, por supuesto los tres participantes están aislados. Si el juez, no es capaz de distinguir consistentemente entre las respuestas del humano y la máquina, entonces se considera que la máquina ha pasado el test de Turing, con lo que se supone que la máquina posee cierto grado de IA.

Las preguntas que hace el juez suelen ser bastante sencilla y del tipo: ¿En qué año naciste?¿Cómo se llama tu madre? ¿Qué cenaste ayer? ¿Cuántos brazos y piernas tiene?...

Aunque hoy día el pasar esta prueba no te asegura un cien por cien de fiabilidad de que haya una inteligencia artificial en esa máquina, sin embargo aún hoy día sigue siendo un concepto fundamental en el campo de la IA y la ética de la tecnología.

Para acabar, sólo me resta deciros que esto sólo es una aproximación a lo que es y puede ser la IA, no obstante el concepto ya en sí abre infinitas posibilidades de discusión sobre el tema y sobre todo sobre el concepto de inteligencia. Porque, son o serán en un futuro las máquinas capaces de crear, de tener sentimientos, de amar, de rebelarse, de... Ahí lo dejo. Un debate interesante y muy bonito y sobre el que tengo mi propia opinión, pero no viene al caso.

Desearía sentirme en paz conmigo mismo, sin embargo sospecho que jamás lo conseguiré porque, no siempre lo que tuve que dar lo di y sin embargo recibí más de lo que merecía. ¿?


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Revista Muy Interesante. Texto de Pablo Bustos Táuler, coordinador DOIU Escuela Politécnica Superior, experto en inteligencia artificial, Máster Univ. Francisco de Vitoria.

Visiones. Cómo la ciencia revolucionará la materia, la vida y la mente en el siglo XXI. Michio Kaku.

https://www.youtube.com/watch?v=kTejsfOU8gs  Inteligencia Artificial - Clase 01: Introducción y herramientas

innovaciondigital360.com


Hasta luego y suerte

Paco Gil Pacheco (@PacoGilBarbate) 




Comentarios

francisco nadales ha dicho que…
Sin duda, es un campo apasionante este de la IA. Lógicos los reparos que tenemos a la hora de admitirla por miedo a lo desconocido, pero, si la ciencia ha avanzado a lo largo de la historia y ha alcanzado soluciones casi milagrosas a problemas médicos sobre intervenciones que hoy nos parecen muy simples y no muchos años atrás fueron impensables, se lo debemos a esos pioneros que, se adentraron en lo desconocido y experimentaron con su inteligencia las posibilidades de llevar a cabo la ejecución de sus ideas.
Los hitos que han supuesto a mi entender los mayores avances en el conocimiento humano, han sido antes la Imprenta y ahora Internet.
Como siempre, agradezco tu publicación