Tomémosla como una oportunidad y no como una amenaza
Desde un punto de vista reduccionista y simplista yo diría que, porque no es sino un paso más en el proceso evolutivo de la humanidad, en el desarrollo biológico, intelectual y tecnológico y sobre todo un nuevo desafío, uno más de los muchos a los que le hemos tenido que hacer frente como humanos desde el descubrimiento del fuego, y, por tanto, cuanto antes le perdamos el miedo mejor y, empecemos a utilizarla desde ya.
Imaginemos cuál sería la sorpresa del Homo erectus, a quien se le atribuye el descubrimiento y control del fuego (esta especie de homínido vivió en África, Asia y Europa hace aproximadamente entre 1,8 millones y 50.000 años….), cuando sufrió la primera quemadura; y no por ello desistió de su uso, todo lo contrario, lo hizo de forma más insistente hasta domesticarlo haciendo de él un aliado sin el que al poco tiempo le fuese imposible vivir; siendo algunos de los beneficios obtenidos: la cocción de alimentos, lo que mejoró su alimentación y el riesgo de enfermedades transmitidas por la carne cruda, calor y luz, lo que le permitió vivir a esta especie en climas fríos y extender su ámbito geográfico, protección contra los depredadores y otros peligros, etc. Un aliado para el bien y para el mal, como siempre ha sucedido, pero un aliado al fin y al cabo. El fuego les dio vida pero también las quitó, como sucede ahora, como siempre ha sucedido. El ser humano se ha movido siempre en la dicotomía de dar y quitar. Pocas cosas que no sepamos se ocultan entre el cielo y la tierra. Siempre ha sido igual, la historia de la humanidad está sujeta a un algoritmo cíclico dentro de un organigrama histórico que obedece a las premisas SI…, ENTONCES, NO…, ENTONCES y POR TANTO…
La historia en la era computacional se nos aparece como más ecléctica, más modelable, y estirar el espacio tiempo tanto como nos apetezca, aunque con ello la cercenemos más de lo conveniente, académicamente hablando. Paradojas de algo de lo que nadie entiende pero todos hablan, la cuántica. Por ello vamos a dar un gran salto que nos permita secuenciar la idea de este artículo.
Hace unos 50.000 años, (año arriba, año abajo) que se produjo un choque de civilizaciones entre dos maneras distintas de enfrentarse a la vida, los Neandertales, especie dominante en la tierra hasta el momento, (vinieron a sustituir al Homo erectus) y que había vencido a multitud de dificultades, como depredadores, catástrofes naturales, pandemias, glaciaciones, etc. Ahora se enfrentaba a su reto más difícil al encontrarse con un nuevo «ser» tan inteligente como ellos, el Homo sapiens, y lo que le había caracterizado como especie, la capacidad cognitiva, el razonamiento, el pensamiento simbólico o el poder comunicarse con el habla, deja de ser una ventaja ante este nuevo «ser».
Ambas especies convivieron y por tanto compartieron ecosistema, durante unos 20.000 años (unos 100.000 años según otros autores), pero finalmente fue el Homo sapiens quien acabó por absorber y extinguir a la especie autóctona, a los Neandertales. Como es lógico se barajan multitud de causas por las que esto sucedió, y entre ellas, cabe destacar: que aunque los neandertales poseían cerebros de tamaño similar al de los Homo sapiens, el estudio de los cráneos sugiere que la organización cerebral del Homo sapiens era más eficiente, lo que se tradujo en una ventaja competitiva. Su cerebro estaba mejor adaptado a las funciones sociales. Esta diferencia en la capacidad cognitiva, ligada a un mayor desarrollo del cerebelo, pudo haber permitido a los Homo sapiens formar grupos sociales más grandes y complejos, facilitando la cooperación, el intercambio de conocimiento, la creación de herramientas más avanzadas y la transmisión de habilidades, lo que les otorgó una superioridad adaptativa. Además de esto, se barajan otras teorías como el cambio climático, la escasez de recursos o incluso el canibalismo por parte del Homo sapiens como posibles causas de su extinción de los neandertales.
Durante el periodo de convivencia se hace más que probable los enfrentamientos entre ambas especies, así como la hibridación, el cruce genético. (Se han encontrado casos, en algunos humanos actuales que contienen ADN de neandertales.
Como ya he insinuado, en el proceso de adaptación del sapiens fue fundamental su capacidad para crear nuevas tecnologías, desarrollando nuevas herramientas que no sólo supusieron un salto en su proceso de adaptación física sino intelectual, con lo que la brecha abierta entre estos y sus competidores cada vez fue mayor y por tanto también lo fueron sus ventajas.
Nuestra especie, los sapiens, creamos todo tipo de artilugios, desde hachas y cuchillos de sílex, hasta arcos, flechas, ondas… Creamos carros tirado por animales y miles de años después nos incorporamos a la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX). Desde su aparición, el sapiens no ha dejado de inventar, basta con darse un somero paseo por la historia de la humanidad para darnos cuenta de ello, un hecho sin el cual, posiblemente también hubiésemos desaparecido de la faz de la tierra.
Más de una vez, es probable que nos hayamos preguntado, qué hubiese sido de nosotros, sin la domesticación del fuego, sin la invención de la rueda, sin la creación de la escritura, sin las matemáticas para explicar las leyes del Universo. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin tantos y tantos avances tecnológicos, que no han sido otra cosa que un producto de esa capacidad adaptativa al medio.
Y llegamos, tras miles de años de adaptación, a la era actual, la era digital y más concretamente, que es lo que nos trae aquí, a la era de la Inteligencia Artificial, y de pronto, sentimos miedo, pero… por qué? Acaso no lo sintieron nuestros antepasados con cada nuevo invento, con cada nuevo descubrimiento, pues probablemente sí, porque el miedo es algo innato al ser vivo, es algo natural, es un mero proceso de defensa biológica y como siempre hace el organismo, segrega las sustancias químicas necesarias para defenderse de todo aquello que pueda parecerle una agresión y adaptarnos a la nueva situación.
Retomando el título del artículo, ¿por qué no deberíamos darnos miedo la IA? Pues, posiblemente además de por el aspecto evolutivo del que ya he hecho mención, otra de las respuestas esté en la «neurociencia». Manuel Martín-Loeches, doctor en Psicología, en su artículo “RAZONES PARA LA ESPERANZA” afirma que: «los avance en neurociencia nos permiten ser optimistas y ofrecen un futuro esperanzador, en parte, gracias a la Inteligencia artificial».
Martín-Loeches, cree que una gran mayoría de la población no está siendo consciente de los grandes logros recientes, algunos increíbles, y que nos permiten ser optimistas, tener esperanza de que muchos males que afectan a numerosos pacientes podrán ser tratados con éxito en el medio plazo. donde antes no había esperanza, no había solución [...] ahora puede haber una luz al final del túnel. [...].
Y creo necesario mencionar que en gran parte estos avances han sido posible gracias a una herramienta que no debería darnos miedo miedo, sino más bien todo lo contrario: la Inteligencia Artificial, la IA.
No obstante, que duda cabe que uno de los mayores miedos que provoca el desarrollo de la IA, es la posibilidad de que las máquinas adquieran conciencia, no sólo de su propia existencia, sino de la diferencia entre el bien y el mal, y al referirnos a ella, le atribuimos unas capacidades que de momento, sólo han desarrollado (parece ser) que en la ficción. De momento, lo que tenemos son sólo máquinas que procesan datos de una forma cada vez más rápidamente y que van tomando decisiones cada vez más acertadas gracias a unos algoritmos cada vez más complejos.
Aunque bien es verdad, y sólo momento, sigue siendo una posibilidad, muy lejana, que no podemos descartar, que con el tiempo, las máquinas tomen conciencia.
50.000 años después de ese choque entre civilizaciones (de especies), nos enfrentamos a nuevo encuentro, un encuentro entre una nueva especie inteligente y no biológica, pero sí tecnológica, y el Homo Sapiens. ¿Cómo será la convivencia? ¿Cómo desearíamos que fuese? ¿Habrá enfrentamiento? ¿Hibridación?... Ufffff. Quién sabe. Pero de lo que sí estoy seguro es de que al final y como siempre venceremos este reto, porque el ser humano es simple y llanamente un "ser maravilloso".
«Homo homini lupus est» Plauto durante las Guerras Púnicas: «El hombre es un lobo para el hombre».
Para más información puede entrar en la web creada por mi partir de la IA en la URL: https://g.co/gemini/share/8a2adc7ecabf, o bien bajarte una infografía en: https://g.co/gemini/share/e0a1435e3101
Una Oportunidad, no una Amenaza
La Inteligencia Artificial está transformando nuestro mundo, y la educación no es una excepción. Lejos de ser una amenaza, la IA representa una herramienta poderosa para personalizar el aprendizaje, potenciar a los docentes y preparar a los estudiantes para el futuro. Esta aplicación explora por qué es crucial abrazar esta tecnología sin miedo, basándonos en datos y estudios actuales.
FUENTES CONSULTADAS:
Revista Muy Interesante. Núm. 525. AGI. La nueva especie inteligente. XABI URIBE-ETXEBAQRRÍA
De la misma revista. RAZONES PARA LA ESPERANZA. MANUEL MARTÍN-LOECHES
Wikipedia.Las imágenes han sido generadas por las herramientas de IA: Gemini, Copilot.
Tratado con Photoshop la imagen de cabecera así como el resto de las composiciones.
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