Tenía
pensado (desde hace algún tiempo), acabar este año y empezar 2013 con una
denuncia pública. Una denuncia a esas conductas que envilecen al ser humano
como ente individual y que se ha
asentado en nuestra sociedad como algo natural y cotidiano lo que, además de
envilecer, denigra a quienes la
practican. Me refiero en concreto a la falta de compromiso real y no retórico,
de todos, para quienes lo están pasando mal, muy mal.
Me viene
a la mente instituciones como: la Monarquía, la POLITICA (a que hacía referencia
el Rey en su discurso navideño), la Iglesia (si Jesucristo levantara la cabeza
….), empresarios, etc. Todos han expresado sus buenos deseos y mejores
intenciones, pero al final todo quedará igual. Nada de nada; aquí todos
queremos cambiar para que nada cambie, para que todo siga igual. Contradicción
pura y dura, pero la puñeterísima verdad.
¿Qué me
ha hecho cambiar de idea? AMAIA: Una personita de pocos días y que ya está
ejerciendo sobre mí una influencia subyugadora.
¿Qué
quien es AMAIA? Mi PRINCESA, mi nieta.
Aquella que nos ha hecho cambiar y sentir sensaciones olvidadas a todos los que
formamos parte de su vida. Para mí que los Mayas y su calendario no se
equivocaron con nosotros.
El día
17 de diciembre de 2012 aproximadamente a las 19:40 h., ha sido el comienzo de
una nueva etapa en nuestras vidas. Un cambio de ciclo.
Un
saludo para todos y que 2013 sea algo más llevadero.
Quién sabe si este mundo no sería un poco más decente si supiéramos cómo juntar unas cuantas palabras que andan por ahí sueltas (Ensayo sobre la lucidez).
José Saramago
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