Vaya por delante mi más sincera gratitud
y mi más sonoros aplausos a todos los trabajadores y trabajadoras del Hospital
Universitario de Puerto Real – Cádiz –, por su abnegada labor y buen hacer, aun
sabiendo que no lograrán los objetivos finales marcados desde la dirección, por lo que muy
probablemente tendrán que renunciar al "plus de productividad", suculento
incentivo para los "mandamás", y limosna para quienes día tras día se parten la
cara en su trabajo, dándolo todo por los enfermos.
Y como soy de los que piensan que hay
que dar al cesar lo que es del Cesar, vaya también por delante mi más rotundo
rechazo y desprecio a quienes se empeñan en que nuestra sanidad no funcione, a
la politización de un servicio tan universal como básico, a quienes quieren
hacer de la sanidad una baza electoral cuando realmente es un fraude.
He pasado junto a mi familia las quince
horas más truculentas, horrorosas, dolorosas e inhumanas que jamás pude
imaginar; ni en mis peores pesadillas se me han aparecido fantasmas tan
perversos.
Llegamos al servicio de urgencia a las
10: 30 h. aproximadamente, y nuestro tormentoso navegar arribó a puerto a las
01:00 h., también aproximadamente. Sí, a
esa hora nos dieron habitación. Hagamos la cuenta y verán cuántas horas han
pasado, quince más o menos, ¿no? Pues bien, como supongo a todos los lectores
familiarizados con la teoría de la relatividad del tiempo, si multiplicamos esas quince
horas, por el coeficiente del umbral de dolor que un enfermo es capaz de
soportar, rápidamente deducimos que no fueron quince horas sino toda una
eternidad, una interminable travesía en un mar de sufrimiento infinito. No, no
exagero, ha sido la cruda y dolorosa realidad.
Es este un sufrimiento, del que supongo
– más bien afirmo – , no tienen ni puñetera idea nuestra clase dirigente, familiares
o afines. Ellos, seres superiores, no hacen cola ni visitan salas de esperas.
Estos personajes no tienen ni puñetera idea de lo que sufrimos el resto de los
mortales, ¿no es cierto sra. Susana Díaz? Valga usted como ejemplo de cómo
nunca debiera actuar alguien que representa la sagrada filosofía socialista, de
la que me considero un fiel seguidor.
Miren ustedes por donde, y a pocos días
de unas elecciones generales, quiero decirles que, no sólo han mancillado
nuestro sistema de salud pública, otrora modelo a seguir por medio mundo,
sino que lo han denigrado, humillado y deshumanizado hasta cotas difíciles de
imaginar hasta hace muy poco. Con esta actitud nos están tratando como cabeza
de ganado presto al sacrificio.
Esto hay que decirlo, hay que denunciarlo
porque es realmente lo que está pasando y es, sin eufemismo alguno, vergonzoso y
vergonzante.
En lugar de ir de mitin en mitin, o
plató en plató contando mentiras y prometiendo lo contrario de lo que van a hacer, bien podrían afanarse en ser un poco más
honestos y gritar a los cuatro vientos, que: esta es la sanidad que tenemos,
pero no la que merecemos.
Sólo entendemos al mundo cuando entendemos las causas
Paulo Coleho
Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate)
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